Gramática española los verbos de movimiento ir, venir y llegar

Gramática española los verbos de movimiento ir, venir y llegar

 

 

 

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Gramática española los verbos de movimiento ir, venir y llegar

 

Introducción a los verbos de movimiento ir, venir y llegar

Los tres verbos tratados pertenecen al mismo grupo de los verbos de movimiento. Presentamos aquí un breve esquema de la clasificación de los verbos españoles según la Gramática descriptiva de la lengua española , con un mayor énfasis en el grupo que nos interesa. Incluimos también varios ejemplos para hacernos una mejor idea sobre el sistema de los verbos españoles.

Clasificación de los verbos españoles:

    • Transitivos
    • Intransitivos: no llevan complemento directo, aunque los acompañan otros complementos.
  • Verbos existenciales: estar, ser, morir, vivir, etc.
  • Verbos de movimiento: andar, bajar, caer, caminar, circular, desfilar, entrar, errar, evolucionar, ir, llegar, marchar, oscilar, partir, salir, saltar, subir, venir, viajar, volver, etc. Estos verbos pueden aparecer con predicativos, así como con complementos directos:
    • Michel entró a la casa.
    • Michel salió primero en la competición.
    • Grabrielita bajó la escalera sola.
  • Verbos de acción: crujir, debutar, estornudar, fracasar, gritar, llorar, reír, sudar, temblar, toser, volar, etc.
  • Verbos pseudo-impersonales: bastar, caber, disgustar, faltar, interesar, ocurrir, parecer, sobrar, etc.

 


IR(SE)
Este verbo pertenece a la base de la lengua española. Es un verbo antiguo de origen latino. Ha pasado por varios cambios morfológicos, aunque semánticamente no ha variado mucho.
La definición de su significado básico varía ligeramente, pero su concepto principal es ‘moverse de un lugar a otro’. Aparte de su propio significado, tiene mucho uso como el verbo auxiliar, como veremos en el capítulo sobre las perífrasis verbales. Su uso en fraseología es más que abundante. En el último capítulo veremos las frases de uso actual. Consultando cualquier diccionario más extenso, podemos ver que existe una infinita lista de significados y expresiones que utilizan este verbo. No obstante, hay ciertos fenómenos a los que hay que prestar más atención y que suelen provocar errores o incertidumbre.
Primero se debe evitar, para el imperativo singular, el uso de la forma vulgar ves y, para el imperativo plural, el uso del infinitivo iros y el de la forma arcaica íos:

  • Ves al cuarto de baño.
  • Niños, iros a jugar.

La forma vamos es hoy la primera persona del plural del presente de indicativo (p.ej.: El jueves tu padre y yo vamos al cine). Pero en el español medieval y clásico era, alternando con vayamos, la forma de primera persona del plural del presente de subjuntivo. Como resto de su antiguo valor de subjuntivo, la forma vamos se emplea, con mucha más frecuencia que vayamos, con finalidad exhortativa:

  • Chicos, vamos a casa que es tarde.

            La forma de subjuntivo vayamos, con este sentido, ha quedado limitada a la lengua literaria. Lo que no debe hacerse en ningún caso es emplear hoy la forma vamos, en lugar de vayamos, en un contexto que exige subjuntivo y sin que exista en el enunciado la intención exhortativa.  

En la lengua culta debe evitarse el empleo de vaya que seguido de un verbo en subjuntivo, en lugar de no vaya a ser que:

  • Las personas dudamos en acudir, vaya que demos la lata.

Las fórmulas vaya que o vaya (que) si + verbo en indicativo son todas válidas. Se emplean para afirmar con más énfasis lo expresado por el verbo que sigue:

  • ¡Volvieron de vacaciones con pantalones modernos, vaya si me acuerdo!
  • Y perdió, vaya que perdió: ¡siete a cinco!
  • Lo leía, vaya que si lo leía.

El uso correcto de las preposiciones constituye problemas sobre todo, pero no exclusivamente, para los extranjeros. A continuación ponemos unos ejemplos y comentarios de los casos más problemáticos según el Diccionario panhispánico de dudas. Posibles usos de las preposiciones hemos consultado en el Diccionario de la lengua española y Diccionario de usos y dudas del español actual .
Principalmente, al tratarse de un verbo de movimiento, es habitual que vaya acompañado de un complemento de lugar. Cuando el complemento expresa destino, debe ir precedido de a, hacia, para o hasta:

  • ir al centro
  • ir para la casa
  • ir hasta la estación de autobuses

Es propio del habla popular, y debe evitarse en la lengua culta, encabezar este complemento con en o de. Esto ocurre, normalmente, cuando se quiere decir a casa de:

  • Voy en casa doña Pepita.
  • Si no está contenta, ¿por qué no va de otra peluquera?

A por: “El uso de esta secuencia preposicional pospuesta a verbos de movimiento como ir, venir, salir etc., con el sentido de ‘en busca de’, se percibe como anómalo en el español de América, donde se usa únicamente por. En España alternan ambos usos, aunque en la norma culta se suele preferir el empleo de por.

  • Voy a por mi hija al cole.

Sin embargo, no hay razones para censurar el uso de a por, pues en la lengua existen otras agrupaciones preposicionales, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc., con el uso común. La secuencia a por se explica por el cruce de las estructuras ir A un lugar (complemento de dirección) e ir POR algo o alguien (‘en busca de’), ya que en esta última está también presente la idea de ‘movimiento hacia’.”
Con: Tener o llevar algo.

  • Va con miedo.
  • ¡Ve con cuidado!

Contra: Con significado de perseguir:

  • Va contra el bando terrorista.

En sentido de sentir y pensar al contrario:

  • Siempre voy contra la corriente.

De: Con el complemento circunstancial forma frases de uso muy común.

  • ir de compras, ir de viaje, ir de fiesta, ir de excursión, etc.

En: Moverse en un medio de transporte.

  • ir en coche/tren/autobús/bici

Importar, interesar.

  • Nada te va en ese asunto.

Depender de algo, estar condicionado por ello.

  • En la carrera universitaria te va la vida.

Para: Sentir inclinación hacia una profesión.

  • Este niño va para abogado.

Por: Moverse o desplazarse por un cierto camino o territorio.

  • ir por la calle/la carretera/el centro/aquí

Seguir una carrera.

  • Este chico va por la Milicia.

Ir a traer algo.

  • El padre ha ido por la leña.

Avanzar en la realización de una acción, por un lugar, tiempo o situación determinados.

  • En el libro voy por la página ochenta.

Sobre: Seguir un negocio sin perderlo de vista.

  • Vamos sobre un proyecto estéril.

Seguir de cerca a alguien, ir en su alcance para apresarlo o hacerle daño.

  • Van sobre el enemigo.

Tras: Andar tras alguien o algo.

  • Va tras sus huellas.

 

VENIR(SE)
El Diccionario panhispánico de dudas dice que este verbo tiene significado de “moverse hacia el lugar en el que está el que habla e ir(se) a algún lugar en compañía del que habla”. La definición parece simple y bastante clara. Sin embargo, como veremos en el capítulo siguiente, su uso, junto con el uso de ir y llegar, supone una cantidad de problemas, sobre todo para extranjeros. Los españoles no suelen cometer errores en su empleo. El diccionario pone esta explicación al respecto: “No debe emplearse venir con el significado de ir, error que cometen algunos hablantes y que hay que atribuir al influjo de otras lenguas, como el catalán o el italiano, en las que el que habla emplea verbo venir cuando desea expresar la acción de ir hacia su interlocutor: ‘Quédate en tu casa, que yo, en cuanto pueda, vengo a recogerte.’”
La explicación advierte que hay lenguas en las que los verbos de movimiento tienen un uso diferente. La cuestión de si el fenómeno anterior es solamente atribuible al influjo del italiano o el catalán, la estudiaremos en el capítulo sobre otras lenguas europeas. Lo que sí sabemos con seguridad es que la lengua checa tiene su sistema verbal distinto, lo que inspiró la idea original de escribir este trabajo.
“Se considera otro italianismo la construcción venir + participio, en lugar de estar + participio, aunque se usa a menudo en la prosa administrativa:”

  • Los inquilinos vienen obligados a pagar.

Lo que hemos dicho sobre las preposiciones en el verbo ir(se) es válido igualmente para el verbo venir, o sea, que básicamente se une con a, hacia, hasta, para. Otras posibilidades, según el diccionario de la RAE son las siguientes:
A: Dicho de una cosa que se esperaba o se temía: Suceder finalmente.

  • Después de largas pretensiones, vino a conseguir la plaza.

Estar pronto a hacer algo, o hacerlo.

  • Venir a cuentas, venir a partido

Para mostrar equivalencia aproximada.

  • Viene a tener tres mil euros en la cuenta.

Ante: Comparecer.

  • El acusado vino ayer ante el juez.

Con: Aducir, traer a colación algo.

  • Ha venido con una historia.

En: Dicho de una autoridad, y especialmente suprema: Resolver, acordar.

  • Vengo en decretar lo siguiente.

Ir + en + sustantivo. Toma la significación del verbo correspondiente a dicho sustantivo.

  • Ahora vengo en conocimiento de lo que querías decir.

Sobre: Caer.

  • Vinieron sobre nosotros.

 

LLEGAR
Este verbo no presenta ningunas dificultades especiales, puesto que ni siquiera encontramos su entrada en el Diccionario panhispánico de dudas. Igual que el verbo anterior, por su pertenencia a los verbos de movimiento, suele ir acompañado de un complemento de lugar mediante las preposiciones a o hasta. En este caso no es posible usar para. Como veremos más adelante, en este verbo lo importante es que destaca la finalidad de la acción, por lo cual a menudo se une con los complementos de tiempo (p. ej. llegar a tiempo, a las tres, tarde, etc.) o de modo (llegar bien, agotado, preocupado, etc.).
Este verbo parece tener más rico su pasado que la actualidad. Proviene de la palabra latina plĭcare, respectivamente applĭcare, de las que se han desarrollado unos cuantos verbos adquiriendo durante el tiempo diferentes significados: llegar, plegar, pregar, allegar, aplicar). Aunque también pertenece al vocabulario básico español, su uso no es especialmente extenso ni diverso. La RAE no nos ofrece prácticamente más posibilidades de unión con preposiciones, menos las arriba mencionadas. Su fraseología es también bastante limitada.


2. Ir, venir, llegar: análisis del uso

El estudio del uso de estos tres verbos se basa en el artículo de Eduardo Fernández Couceiro que se publicó en el Boletín de la Asociación de profesores de español , cuya investigación intentaré sistematizar, profundizar y ampliar. En realidad, es la única y valiosa fuente de informaciones sobre este tema. El autor fue profesor de Filología Hispánica en la Universidad Carolina de Praga, y puesto que trabajaba con alumnos checos, pronto se enteró del problema que constituye para ellos el uso correcto de los verbos de movimiento ir, venir y llegar.
Según él, el problema tiene su raíz en la interferencia de la lengua materna checa en el uso del español. Esto no sería ninguna observación novedosa, ya que la mayoría de los errores que se producen a la hora de aprender idiomas extranjeros surgen por el mismo motivo. El problema consiste básicamente en la ausencia total de materiales escritos sobre este tema. Y también, como veremos en el capítulo siguiente, si ya existen explicaciones al respecto, son muy breves, y a veces también erróneas. Sin embargo, hay que decir que son precisamente los profesores checos o profesores españoles que enseñan en la República Checa los que deberían dar el impulso para la investigación, porque los españoles desconocen esta necesidad si no entran en contacto con la lengua checa.

A continuación intentaremos analizar el problema y crear algunas reglas que puedan ayudar a usar correctamente estos verbos de movimiento.
Primero hay que ver dónde está exactamente la fuente de errores. Básicamente consiste en el hecho de que los sistemas de los dos idiomas son diferentes y cada uno se construye en torno a otro conjunto de semas.

El sistema español muestra otro criterio en la elección del uso entre los verbos de movimiento. El funcionamiento de los verbos ir y venir se apoya sobre la noción extratextual del hablante y su posición. El verbo llegar tiene sus rasgos específicos. Las respectivas oposiciones de semas son las siguientes:

  • ‘proceso de movimiento‘ (ir, venir) x ‘final de movimiento’ (llegar)
  • ‘indicación de dirección’ (ir, venir) x ‘ausencia de indicación de dirección’ (llegar)
  • En los verbos que indican dirección se distingue la oposición entre ‘dirección desde el hablante’ (ir) y ‘dirección hacia el hablante’ (venir).

Las definiciones de los verbos son, por lo tanto, estas:
Ir: El verbo señala el proceso de movimiento que se produce desde el hablante hacia otro lugar cualquiera, y conlleva la indicación de la dirección.
Venir: El verbo indica el proceso de movimiento desde cualquier lugar hacia el hablante, y conlleva la indicación de la dirección.
Llegar: Posee dos rasgos fundamentales que lo separan de ir y venir: a) no indica dirección; b) no señala el proceso de movimiento, sino su final.

El autor del artículo representa la relación entre estos tres verbos mediante el siguiente esquema gráfico:


LLEGAR

IR

VENIR

 


Para completar los conocimientos que hay que tener presente para saber usar correctamente los verbos ir y venir, el autor menciona los dos siguientes puntos que hay que tener en cuenta:

  • “Veremos que en muchos casos, la elección de una u otra forma dependerá de los aspectos pragmáticos de la comunicación, que suelen ser frecuentemente obviados en la enseñanza de idiomas en este país. […] La definición del funcionamiento de ambos verbos se apoya sobre la noción de hablante, una noción extratextual, lo que nos recuerda la necesidad de tener siempre en cuenta el aspecto pragmático de la comunicación a la hora de utilizarlos.” Esto, a mi entender, quiere decir que en muchos casos tenemos que imaginarnos la situación y la localización real en la que se encuentran los participantes de la acción, determinar quién es el hablante y cuál es la dirección de movimiento. A veces la situación tampoco tiene una solución única. El hablante puede situar psicológicamente a sí mismo en varios lugares, y según eso elige el verbo que va a usar.
  • “Estos dos verbos (ir y venir) constituyen los dos elementos de una oposición, en la que el término no marcado es ir. Esto quiere decir que en aquellos casos en que exista una indefinición de la dirección del movimiento respecto al hablante (por ejemplo, en aquellos casos en que el hablante funciona como narrador al margen de la acción) se emplea precisamente la forma ir.”

A continuación vamos a demostrar el funcionamiento de los verbos en cuestión en situaciones reales, a base de comparación con la lengua checa. Para una mejor orientación, vamos a dividirlas en cuatro grupos.

A. Situaciones para mostrar la diferencia entre ir y venir.

Situación nº 1: Marta y Petra se encuentran en la calle.

M: ¿De dónde vienes?
El movimiento de Petra se dirige desde un lugar no determinado hacia el hablante, Marta.
P: Vengo del trabajo.
El movimiento de Petra se dirige desde el trabajo hacia el lugar que el hablante  ocupa en el momento del acto de habla. En español nunca es posible usar la construcción ir + de en el sentido básico de movimiento: voy del trabajo, va del gimnasio (no se refiere a las construcciones ir de vacaciones, ir de compras, etc.,que son otro tipo de construcciones que ya hemos explicado en el capítulo primero; tampoco se refiere al caso de ir + de + a: va del trabajo al gimnasio)
M: ¿Y a dónde vas ahora?
El movimiento de Petra irá desde el hablante Marta hacia un lugar no determinado.
P: Voy al gimnasio. ¿No quieres venir conmigo?
En la primera oración se trata otra vez del movimiento dirigido desde el hablante Petra hacia el gimnasio. En la segunda frase hay dos posibilidades, por lo que este enunciado debería pertenecer al grupo de situaciones B (que veremos más adelante). Más natural es usar el verbo venir, porque, en su pensamiento, Petra se sitúa de camino hacia el gimnasio, con lo cual el movimiento de Marta sería en dirección hacia Petra. En el caso de usar el verbo ir, éste tendría más bien el matiz de acompañar, ir juntos.
M: Desgraciadamente no puedo ir contigo. Tengo mucho trabajo en casa.
El hipotético movimiento iría desde el hablante Marta en dirección hacia Petra, que a su vez se movería hacia el gimnasio.

Situación nº 2: Una llamada telefónica entre Marta y Petra.

P: ¿No quieres venir a mi casa? Podríamos cenar juntas.
Marta se movería hacia el hablante Petra.
M: Lo siento, pero no puedo ir. Estoy cansada.
El movimiento se dirige desde el hablante Marta hacia Petra.
P: Entonces iré yo a tu casa y cenamos allí.
El movimiento va del hablante Petra hacia el oyente Marta.

Situación nº 3: Lenka y Petra se encuentran en Praga. Lenka vive en Brno, mientras que Petra vive en Praga.

L: ¿Cuándo vienes a Brno? Quiero enseñarte mi piso.
En este caso, en la pregunta de Lenka hay que usar venir, aunque el hablante no se encuentra ahora mismo en Brno. Se sitúa allí psicológicamente. El verbo venir se usa en estas situaciones, porque se supone que cuando viene la otra persona, el hablante ya estará en ese lugar, o sea que el movimiento se producirá hacia el hablante. Al contrario, si usamos el verbo ir (cuándo vas a Brno), se supone que el hablante no estará en ese sitio.
P: Puedo ir sólo en Navidades.
En la respuesta se tiene que usar el verbo ir, porque el movimiento se produce desde el hablante hacia otro lugar.

Situación nº 4: Lenka y su marido están en la cafetería.
L: Přijdeš na oběd?
P: Dnes určitě nepřijdu, mám moc práce.

L: ¿Vienes a comer?
Supongamos que es la situación más natural, cuando Lenka pregunta a su marido si viene a comer a casa, y, a la vez se supone que Lenka estará en ese momento en casa. En la pregunta usamos el verbo venir, porque Lenka se sitúa psicológicamente en su casa, por lo que el movimiento se produce hacia el hablante.
P: Seguro que hoy no voy a ir, tengo mucho trabajo.
En la respuesta se usa ir, porque el movimiento se dirige desde el hablante hacia otro lugar. Venir, en la respuesta, sólo se podría usar en el caso de que el sitio donde se encuentran los dos hablantes fuera el lugar donde van a comer.


Situación nº 5: Conversación entre Marta y Petra.

M: Pavel fue a casa de Martin para ayudarle con los deberes de matemáticas.
En este caso, el hablante es una tercera persona fuera del contexto de la acción, por lo que se emplea la forma no marcada ir.

En estos pocos ejemplos podemos ver muy claramente que de ninguna manera es posible dirigirse por las equivalencias ir = jít, jet, chodit, jezdit y venir = přijít, přijet, přicházet, přijíždět. Como dice el autor, siempre hay que tener en cuenta “los aspectos pragmáticos de la comunicación”, que es lo único en lo que nos podemos apoyar.

B. Situaciones en las que se pueden usar los dos verbos ir y venir.

Situación nº 6: Marta telefonea a Petra.

P: Hoy voy al cine. ¿Quieres ir/venir conmigo?
El uso del verbo ir sería, digamos, la variante neutra. El movimiento de Marta iría desde ella hacia el cine, así que ninguno de los dos puntos es el de hablante, por lo que se usaría el término no marcado ir. En otro caso, Marta se puede situar psicológicamente en el cine, con lo que el movimiento de Petra sería en su dirección, y por eso se podría usar también el verbo venir.
M: ¡Claro que quiero ir!

Situación nº 7: Lenka y Marta hablan sobre la reunión de compañeros de carrera.

L: ¿Vas a ir/venir a la reunión de compañeros de carrera?
Si Lenka usa el verbo ir, significa que ella no va a ir a la reunión o todavía no está segura. Si usa venir, está claro que va a ir.


Situación nº 8: Marta telefonea a Petra.
M: Jdu dnes na Lenčinu oslavu narozenin. Nechceš přijít taky?
P: Nemůžu přijít, jsem nemocná.

M: Hoy voy a la fiesta de cumpleaños de Lenka. ¿No quieres venir/ir también?
En la primera frase es obligatorio el verbo ir, porque el movimiento del hablante (Marta) se dirige hacia otro lugar. En la pregunta sería mucho más adecuado usar el verbo venir, porque de la primera frase sabemos que Marta va a estar en la fiesta, entonces el movimiento se produciría hacia el hablante. No obstante, en el caso de que Marta no se sitúe, en su pensamiento, en el lugar de la fiesta, se podría usar también el verbo ir.
P: Lo siento, no puedo ir, estoy enferma.
Aquí es evidente el uso obligatorio del verbo ir, porque el hablante se dirige hacia otro lugar.

Situación nº 9: Petra y Marta se encuentran por la tarde en el gimnasio, en la clase de aerobic.

P: Hace mucho que no te veo por aquí.
M: Es que sólo vengo/voy a las clases de yoga, hoy es una excepción.
El uso de venir es aquí mucho más natural y lógico, porque el hablante se refiere al sitio donde se encuentra en el momenta del habla. Sin embargo, Marta se podría situar psicológicamente en su casa, y así enfatizar más bien el recorrido que efectúa, y no el hecho de la estancia en el gimnasio. En este caso se usaría ir, porque el movimiento se dirigiría desde el lugar del hablante hacia otro sitio, el gimnasio.
La segunda explicación corresponde mucho más al pensamiento de un hablante checo, al que le parece que con el verbo ir expresa mejor la palabra chodit. No obstante, debemos preferir la naturalidad de la lengua en la que hablamos.
P: Ah, así que solo vienes/vas por las mañanas.
Por el mismo motivo que en la explicación anterior, más natural es usar el verbo venir. Pero Petra se puede situar fuera del gimnasio, porque la situación dice que Petra normalmente no está en el gimnasio en el mismo momento que Marta. Así que el movimiento no se produciría hacia el hablante, Petra, y se podría usar el verbo ir.

En estas situaciones podemos ver que a menudo se puede elegir entre los dos verbos. En algunos casos no hay una gran diferencia entre los significados, sin embargo usar un verbo puede ser más natural que usar el otro. Siempre debemos intentar adaptarnos a la ”mentalidad“ de la lengua en la que hablamos.
También hemos visto varios casos donde, dependiendo del verbo que usemos, el significado o el contexto puede variar ligeramente.

C. Situaciones en las que hay que elegir entre ir, venir y llegar.

Situación nº 10: Petra y Marta están en una cafetería.

M: Přijedeš autem nebo autobusem?

P: Mañana llegaré/iré a clase un poco más tarde.
El más preciso y correcto sería aquí el empleo del verbo llegar, porque lo importante es el final de la acción. Sin embargo, también se puede emplear el verbo ir aunque eso conllevaría una cierta indeterminación: ¿Petra va a salir de casa más tarde o va a llegar a la escuela más tarde? Sea como sea, la situación tendría el mismo resultado. Entonces, el empleo del verbo ir se puede considerar a) empleo de forma no marcada, puesto que el movimiento no va ni desde ni hacia el lugar ocupado por el hablante (va de casa a la escuela) o b) empleo de la regla general, en caso de que Petra se situara psicológicamente en su casa (el lugar que ocuparía psicológicamente el hablante).
M: ¿Vas a venir/llegar en coche o en autobús?
El verbo venir se puede usar porque Marta se puede situar psicológicamente en la escuela, ya que se supone que ella llega a tiempo, y por lo tanto, antes de Petra. Si Marta no se sitúa en la escuela, se usa el verbo llegar, porque la escuela no es el lugar del hablante.


Situación nº 11:

El tren de Viena llega/viene a las ocho de la mañana.
En la mayoría de los casos se emplearía el verbo llegar, porque lo importante es el final del movimiento, que es la hora a la que finaliza dicho movimiento. Sólo en el caso de que el hablante esté situado en el lugar a donde llega el tren de Viena, se puede usar el verbo venir.


Bosque, I.; Demonte, V.: Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid : Espasa, 2000, p. 1563, 1564.

Diccionario panhispánico de dudas. Real Academia Española. Madrid, 2005, p. 375.

Ibid, p. 375.

Diccionario de la lengua española, Vigésima segunda edición, versión electrónica en www.rae.es.

Martínez de Sousa, J.: Diccionario de usos y dudas del español actual. Barcelona: Bibliograf, 1998.

Diccionario panhispánico de dudas, p. 375.

Diccionario panhispánico de dudas, p. 664.

Ibid.

Ibid, p. 551.

Corominas, J.: Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Madrid : Gredos, 1980-1986, pp. 729-731.

Fernández Couceiro, E.: “Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”. In: Boletín Asociace učitelů španělštiny, roč.2, č.4, str. 6-12.

“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, pp. 6, 7.

Ibid., p. 7.

Situación nº 12: Lenka le ha pedido a Marta que la ayude con la limpieza de su casa. Posteriormente, Lenka llama a Marta.

L: No vengas. Ha venido/llegado mi madre y me va a ayudar.
El verbo venir en la primera frase es obvio porque se trata del movimiento hacia el hablante. En la segunda frase es posible usar los dos verbos, pero cada uno tiene un matiz un poco diferente. Usamos Venir cuando Lenka no espera que su madre venga a su casa. En caso de usar el verbo llegar, Lenka sabe que la madre viene a su casa, pero no sabe cuándo. Aquí usaríamos con naturalidad el adverbio ya (ya ha llegado mi madre).

Situación nº 13: Lenka llama a casa de Marta. Pero Marta no está y Lenka habla con su padre.

L: ¿A qué hora viene/llega Marta?
Se pueden emplear los dos verbos, pero en este caso cada uno significa una cosa diferente, depende del contexto más amplio de la situación. Si usamos el verbo venir, eso quiere decir que Lenka pregunta cuándo viene Marta a casa de Lenka (p. ej. porque han quedado en casa de Lenka, pero Marta todavía no ha aparecido). El verbo llegar lo usamos en el caso de que queramos saber cuándo llega Marta a su casa y, por consiguiente, cuándo puede Lenka hablar con ella por teléfono.


Situación nº 14: Lenka y su madre están en casa. Lenka se va a la universidad.

M: ¿A qué hora vienes/llegas a casa?
L: Vengo/llego a las seis.
En la pregunta se pueden emplear los dos verbos, sin embargo venir suena mejor, lo mismo es válido también para la respuesta. Si fuera una llamada telefónica y Lenka estuviera en la universidad, la pregunta sería la misma, pero en la respuesta sería obligatorio usar llegar.

Situación nº 15: Lenka y Marta hablan por teléfono y quedan:

a) para cenar en un restaurante.

M: ¿A qué hora debo llegar/ir?
Lo más lógico es utilizar el verbo llegar, porque el movimiento se produce desde el hablante hacia otro lugar, y además lo importante es el final del movimiento, o sea, la hora. También podemos usar ir, aunque llegar incide más en el momento de estar en el sitio.
L: Ven/llega a las nueve.
Si en la respuesta se emplea venir, se supone que Lenka estará en el restaurante a las nueve o antes (antes de que llegue Marta). Si se usa llegar, se muestra la posibilidad de que Lenka a las nueve todavía no estará en el restaurante, por lo que Marta llegaría primero, y entonces no se trataría del movimiento hacia el hablante.

b) para cenar en casa de Lenka.
M: ¿A qué hora debo llegar/ir?
L: Ven/llega a las nueve.
En la pregunta, se pueden usar llegar e ir, aunque llegar es más lógico. En la respuesta se pueden emplear venir y llegar con el mismo significado, no obstante, venir suena mejor, ya que el movimiento se produce hacia el hablante.

Situación nº 16: Lenka y Marta hablan por el móvil.
M: Kde jsi?
L: Právě jsem přišla domů.

M: ¿Dónde estás?
L: Acabo de llegar/venir a casa.
Es posible usar los dos verbos con el mismo significado, sin embargo, llegar en este caso suena más natural.

Aquí me gustaría destacar que, como vemos en algunos ejemplos, aparte de las evidentes oposiciones entre ir x venir y venir x llegar, se puede observar la oposición entre los verbos ir y llegar.

D

 

Comentario acerca de  la construcción estar + gerundio de ir, venir y llegar  

Hay que hacer un comentario sobre la posibilidad de usar esta construcción con los tres verbos de movimiento.
Estar llegando: No constituye problemas.
Estar viniendo: No es posible usar esta construcción en primera persona (estoy viniendo, estamos viniendo) porque el lugar donde está el hablante no es el lugar a donde quiere llegar.
Estar yendo: Esta construcción no suena especialmente bien y tampoco se usa mucho. Es habitual emplear el presente de indicativo voy al cole en lugar de estoy yendo al cole. Sin embargo, esta construcción existe y en las situaciones en las se quiere enfatizar que la acción está sucediendo en ese momento concreto, se puede usar.

También es necesario mencionar que existe un matiz diferente en el significado de los verbos venir y llegar:
Estar llegando = ya estar cerca del lugar determinado, ya queda poco para llegar.
Estar viniendo = estar en el camino, haber salido del lugar de partida.
En general, estar llegando significa estar más cerca del lugar determinado que estar viniendo.



4. Evolución de los verbos de movimiento ir, venir y llegar desde el latín hasta la actualidad

A pesar de que este trabajo enfoca sobre todo el uso actual de los verbos de movimiento, para profundizar el conocimiento sobre esta temática decidimos incluir este capítulo que recoge información sobre la evolución del latín del significado de los verbos estudiados.
La intención era entonces elaborar un estudio de la semántica histórica. Según nuestras investigaciones, no existe ningún diccionario o tratado general al respecto. Aparte de las publicaciones que más bien registran los procesos de los cambios semánticos, sólo se han hecho algunos tratados sobre los verbos tener – haber, ser – estar, las parejas de verbos que suelen causar problemas incluso para los hispanohablantes.
Existe, por supuesto, una gran cantidad de trabajos etimológicos que resumen sobre todo los cambios fonéticos y morfológicos, palabras derivadas o también la diferencia en el uso de las palabras en diferentes partes del territorio hispano.
Sin embargo, en algunos diccionarios es posible encontrar explicaciones sobre significados de palabras en sus respectivas épocas. Hay también varios diccionarios que resumen vocablos y su uso en algunas épocas, sobre todo en la Edad Media.
Como no es posible tratar este tema con más complejidad, porque eso podría constituir un trabajo independiente bastante extenso, hagamos al menos una breve introducción a la problemática mediante los datos que nos ofrece el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico .

IR
Procede del verbo latino īre, aunque ciertas formas o tiempos de ir se han reemplazado por formas de vadere (voy, vas, etc.) o de esse (fui, fuiste, etc.).
Parece que este verbo semánticamente no ha cambiado. Pero sí nos ha dejado muchos derivados de los que hoy apenas diríamos que tienen origen en el verbo īre. Vamos a poner aquí unos ejemplos:
Ida, yente; adir (de adire); ciruir (de cĭrcŭīre), circuito (de cĭrcŭĭtus), circuición. Coito (de coĭtus, derivado de coīre = juntarse, ayuntarse carnalmente), coición, coitivo. Comicio (de comĭtĭum = lugar donde se reunía el pueblo, de una variante de coire), comicial; exir (de exīre = salir), exida; éxito (de exĭtus = salida, resultado): no admitido en el significado actual de resultado feliz hasta el final del siglo XIX; exicial (de exitialis, derivado de exitium = muerte violenta, destrucción); iniciar (de ĭnĭtĭare = en baja época empezar, derivado de initium = comienzo, y éste de inire = entrar, emprender), iniciación, inicio, inicial, iniciativa, iniciativo; óbito (de obĭtus, derivado obire = fallecer), obituario; preterir (de praeterire), preterición, pretérito; pretor (de praetor, derivado de  praeīre = ir a la cabeza), pretorial, pretoriano, pretorianismo, pretorio, pretoriense, pretura o pretoría; rédito (de rĕdĭtus = regreso, vuelta, renta), redituar, redituable, reditual; sedición (de sedito = discordia, rebelión), sedicioso (de seditiosus); transir = antiguamente morir (de transire = pasar más allá, traspasar), transido = acongojado, transición, tránsito, transitar, transitable, transitivo, transitorio, transitoriedad, transeúnte (de transiens que es participio activo de transire); introito (de ĭntroĭtus = entrada, compuesto con intro = dentro), vademécum (de la frase latina vade mécum = anda conmigo).

Derivados:
Llega, llegada, llegadizo, llegado, llegamiento = allegamiento, ayuntamiento, allegar.
De applicare: allegadera, allegadero, allegadizo, allegado, allegamiento, allegancia, alleganza.

VENIR
Se origina en el verbo latino vĕnire = ir, venir. Es de uso general en todas las épocas y conservado en todos los romances.
En latín la distinción de sentido entre ire y venire era enteramente distinta de la que se ha impuesto en el castellano moderno. Venire expresaba comúnmente lo que llaman los lingüistas el ‘aspecto determinado’ e ire el ‘aspecto indeterminado’. Esto es: aquél expresa un movimiento encaminado a un lugar definido, en tanto que el movimiento expresado por ire no tiende de por sí hacia un lugar preciso, más bien expresa el lugar por donde se va, la manera como se va, el propósito de la ida, etc.: eo alia via (voy por otro camino), pedibus o equis ire (ir andando o montar en caballo), cubitum ire (ir a dormir), sic eat quaecumque Romana lugebit hostem (así viene a ser que cualquier Romana estará de luto por el enemigo); por otra parte Athenas venit (vino/viene a Atenas), ei venit in mentem (le vino/viene en la mente), venire in conspectum alicujus (estar/venir a la vista de alguien). De esa manera, ire equivalía muchas veces más bien al sentido del castellano andar, mientras que venire expresaba movimiento hacia un lugar cualquiera que fuese la posición que respecto de él ocupase el sujeto hablante. Pero como en el lenguaje hablado de toda persona abundan sobre todo las frases de movimiento hacia el lugar que ella ocupa, es natural que en todas las lenguas romances se tendiera a relacionar venire con los movimientos hacia ese lugar, empleo en el cual era imposible ya en latín echar mano de ire, por su mismo sentido aspectual.
Sin embargo, en los demás romances se conserva la posibilidad de emplear venire para movimientos hacia lugares no ocupados por el hablante, posibilidad que permanece casi sin limitaciones en la época medieval y que modernamente ha quedado prácticamente restringida a los movimientos hacia la persona que habla, o a los movimientos hacia un tercer lugar cuando se hacen junto con el que habla. En italiano: vengo a te; en francés: je viens tout de suite; en catalán vindré a veure’t cada dia.
El castellano moderno se aparta de los idiomas hermanos, restringiendo aún más el empleo de venir, limitado exclusivamente al movimiento hacia la primera persona; y esencialmente hace lo mismo el portugués de la metrópoli, donde a la pregunta tens demora? (¿tienes retraso) se responde já vou (ya voy), mientras que en la India portuguesa todavía se dice, medievalmente, já venho (ya vengo).
En castellano esta restricción es también muy moderna: todavía Lope de Vega escribía: “¿No vienes, conde? – Ya vengo.” (El Cuerdo Loco). Ejemplos semejantes se encuentran en Cervantes, Juan de Valdés, Gonzalo de Berceo, etc. Hoy la restricción moderna parece ser bastante general en todos los países de lengua castellana.
Por lo demás, en la Edad Media y aún en el Siglo de Oro, el empleo de venir por el moderno ir no se reduce al caso del movimiento hacia la segunda persona, pues como en las demás lenguas romances medievales es casi tan amplio como en latín, y puede referirse al movimiento hacia cualquier lugar determinado:

  • con estas pláticas llegamos a Torrejón, donde se quedó, que venía a ver una prima suya (Quevedo: La vida del Buscón)
  • Don Quijote se despidió de sus huéspedes, los cuales rogaron se viniese con ellos a Sevilla (Cervantes: Don Quijote I)
  • me habéis de hacer merced de venir conmigo, que llevando un español a mi lado…haré cuenta que llevo en mi guarda los ejércitos de Jerjes (Henríquez de Ureña: La Señora Cornelia)
  • los caminos donde los Moros avían de venir a Granada (Arcipreste de Hita).

Algunas veces se hace sinónimo de llegar o acudir.
Hispanismo típico es el uso reflexivo venirse, ya documentado en Gonzalo de Berceo, de tono muy popular y aun plebeyo en casos como vínose para San Lúcar, normal y general en la casa se viene abajo (Calderón de la Barca: Mágico prodigioso).

Derivados:
Venida, venidero, venedizo, viniente (raramente veniente), ventura = suerte buena o mala, lo por venir, el que ha de venir, venturado = dichoso, venturanza, venturero, en gallego ventureiro, venturoso, venturón, venturina, desventura, desventurado.
Avenir: es muy corriente en la Primera Crónica General con los sentidos de ocurrir y ponerse de acuerdo, convenirse; la variante advenir es grafía latinizante anticuada o galicismo reciente; avenida, avenidero, avenidor, aveniente, avenencia; en la acepción de especie de cucharón de mango largo para sacar vino de una bota, hoy se dice venencia; advenedizo (o avenedizo o antiguamente avenidizo), avenimiento y advenimiento, adviento (tomado de advĕntus = llegada), adventicio, desavenir, aventura, aventurar, aventurado, aventurero, antiguamente aventuroso.
Circunvenir: poco usado, tomado de circunvenire.
Contravenir: contraveniente, contraventor, contravención.
Convenir: de convenire = ir a una mismo lugar, juntarse; convenio, en catalán conveni, en bajo latín convenium, en italiano convegno es normalmente reunión, pero Dante lo emplea en el sentido de condición.
Conveniente, conveniencia (convenenza, convenencia), inconveniente, convenible, desconvenir, reconvenir,  reconvención, convención (tomado del latino conventio = reunión), convencional, convencionalismo, convento (conviento = concurso de gente, ya en Berceo aplicado a una comunidad de religiosos, tomado de convĕntus =  reunión de gente), conventual.
Devenir: raro y poco castizo, del francés devenir; se emplea sustantivado (y aun como verbo), en calidad de tecnicismo filosófico para traducir el alemán das Werden.
Evenir: usado raramente (de evenire = acaecer); evento (de eventus), eventual, eventualidad
Intervenir: de intervenire; antiguamente entrevenimiento, intervencion, interventor.
Inventar: derivado culto común a la varias lenguas romances (del latino inventum = invención, derivado de invenire = hallar), invención, inventor, inventivo, inventiva, inventario (del latino inventarium = lista de lo hallado).
Obvención de obventio, obvencional.
Prevenir: de praevenire; los clásicos, además de la acepción preparar y demás generales, le dan la de avisar, advertir; hoy anticuada en España, pero popular en Argentina donde llega hasta anunciar; prevenido, desprevenido, preveniente, prevención, preventivo.
Provenir: de provenire = adelantarse, aparecer, nacer, producirse; proveniente.
Revenir: antiguamente volver, revenirse = encogerse, consumirse, avingrarse, ceder, escupir una cosa hacia fuera la humedad que tiene, revenimiento, en gallego rever = volverse más compacta una masa, revenirse, reverse = alegrarse, complacerse.
Sobrevenir: sobrevienta = antiguamente sorpresa, sobreviento.
Subvenir: de subvenire, subvención, subvencionar.

LLEGAR
Procede del latín vulgar del verbo plĭcare = plegar, siendo éste derivado regresivo del latín clásico applĭcare = arrimar, abordar, acercar. Tanto el primitivo como el derivado fueron tomados en la baja época y adquirieron en varios idiomas romances significado de lugar, como dirigirse hacia, arribar y análogos.
Aunque  llegar con el valor intransitivo moderno es frecuente desde el Cid, es notable la frecuencia de la construcción transitiva en los textos medievales y aun en los clásicos. Vamos a exponer algunos de estos ejemplos transitivos en que tiene este verbo el matiz de hacer llegar, conducir:

  • si Dios me legare al Cid (Cantar de mío Cid, siglo XII - XIII)
  • demostróle la vía ca bien acerca hera, lególo a la puerta que falló mas primera (Libro de Apolonio, siglo XIII)
  • la merced que Dios le había hecho en le llegar a tal estado, de ser señor de tanta  tan buena gente (Leyenda del abad don Juan de Montemayor, siglo XIV)
  • sacóme de la choça, llegóme a dos senderos (Juan Ruiz: Libro de Buen Amor)
  • allí lidia el Conde de Laredo muy fuerte, congrio cecial e fresco: mandóle mala suerte a Don Carnal seguiéndol, llegándol a la muerte (Juan Ruiz: Libro de Buen Amor)
  • tengo que non avedes por qué trabajar mucho por llegarlo a logar que vos dé mal galardón commo el deán dio a do Illián (Juan Manuel: Conde Lucanor)
  • applicare es llegar y poner junto alguna cosa (Alonso Fernández de Palencia, 1490)
  • si Dios me llega a tener algo que de gobierno (Cevantes: Don Quijote II)
  •  en un entremés me dieron una herida que me llegó casi al fin de la vida (Cervantes: Coloquio de los Perros)

Plicare es palabra poco frecuente en la Antigüedad, aunque ya aparece alguna vez en poesía, en Lucrecio y Virgilio, con el sentido plegar, doblar. Pero lo común y mucho más frecuente entre los clásicos es applĭcare. Plĭcare es forma extraída secundariamente de los compuestos applicare, complicare, explicare, implicare, intensivo de la misma raíz que plectere. El empleo de plĭcare no se hace usual hasta la baja época y por lo tanto hay que mirarlo como una mera variante vulgar de applĭcare, del cual no se distingue en cuanto a usos ni acepciones en las fases antiguas de las diferentes lenguas romances. Applicare era corriente con la acepción arrimar y muy a menudo también en construcción reflexiva. En particular se nota el uso náutico applicare navem en el sentido de dirigir el navío hacia cierto rumbo y de ahí el matiz de hacer abordar o atracar una embarcación, que es muy frecuente en los autores más clásicos y, en general, en toda la latinidad.
Este uso está muy cerca del sentido moderno del castellano llegar, y hemos de mirarlo como su fuente principal. Se trata de una mera generalización: atracar > arribar > llegar. La misma generalización se extiende también a otras lenguas, p. ej. portugués chegar.
La forma  en a- es precisamente la que se halla en el ejemplo español más antiguo (en las glosas de Silos) y applicare tiene el sentido de llegar en textos bajo-latinos de Castilla de los siglos XI y XII. Sin embargo, no es probable que un verbo de uso tan sumamente copioso, y de tantas acepciones varias como llegar, tenga un origen único. Tanto más cuando existen otras acepciones locutivas en varios romances, p. ej. en el rumano plecà = marcharse o el catalán plegar = acabar el trabajo, darlo por terminado (en Mallorca aplegar).
Es probable que hubiera orígenes semánticos múltiples, partiendo de la idea general de arrimar, dirigirse a, de donde por una parte tendría el significado ponerse en marcha y por la otra, acercar, hacer llegar o llegar.

5. Verbos de movimiento en otros idiomas europeos

Ya hemos visto los problemas que constituye el uso de los verbos ir, venir y llegar para los hablantes checos. Nos atrevemos a decir, conociendo básicamente el idioma eslovaco y ruso, que esta dificultad se puede observar en todo el territorio de las lenguas eslavas.
Pero echemos ahora un vistazo a otras lenguas europeas. Sobre todo quisiéramos tratar las lenguas románicas, no obstante, vamos a ver que encontramos semejantes equivalencias y diferencias también en otros dos idiomas más usados en Europa, el inglés y el alemán.
Aparte del catalán y el inglés, no tenemos a nuestra disposición estudios dedicados a la temática de los verbos de movimiento. Por lo tanto, tomamos los ejemplos del apartado sobre el inglés, que parecen ser bastante pedagógicos.

Estudiaremos primero el portugués porque, como sabemos del anterior capítulo, es la única lengua románica que se dejó influir por el español en cuanto al uso de los verbos de movimiento.

Portugués
ir – ir (caminhar, transitar, avançar, dirigir-se, etc.)
venir – vir (chegar, regressar, voltar, provir, etc.)
llegar – chegar (aproximar, avançar, etc.)
El portugués es el idioma que, quizás, más se parece al español y, por la proximidad territorial de los dos países, el que más se ha dejado influir por el castellano de todas las lenguas románicas. Los tres verbos de movimiento provienen de los mismos verbos latinos que los verbos españoles y habrán tenido un desarrollo muy parecido. Los diccionarios de portugués no se centran mucho en las definiciones, por lo que usamos como fuente básica la página web www.priberam.pt:
Ir: caminhar para lá (caminar allí) o mover-se/passar de um sítio para outro (moverse/trasladarse de un sitio a otro)

  • ¿Puedo ir a verte?

Posso ir aí ver-te?

Llegar: atingir o termo de movimiento à ida ou à volta (adquirir el significado del movimiento de ida y vuelta) o atingir certo ponto ou posição (alcanzar cierto punto o posición).

  • Avísame cuando lleguen.

Avisa-me quando ele chegar.

Venir: caminhar ou dirigir-se para o lugar onde estamos (caminar o dirigirse al lugar donde estamos). Como ya hemos visto en el capítulo anterior, el portugués es el único idioma que se ha dejado influir por el castellano en su desarrollo moderno respecto al uso del verbo venir. Por lo tanto, el uso en estas frases es igual, al contrario que en otros idiomas:

  • María, ¿puedes venir aquí? – Ya voy.

Maria, poderias vir aqui por favor?  - Já vou.

A continuación vamos a estudiar otras tres lenguas románicas, el catalán, el italiano y el francés, que son las que mantienen el uso histórico de los verbos analizados, sobre todo del verbo venir, que no se refiere únicamente al movimiento hacia la persona que habla, lo que hemos tratado con más detalle en el capítulo anterior.

Catalán
ir = anar (venir, marxar, etc.)
venir = venir
llegar = arribar (esdevenir, anar, etc.)
De las lenguas europeas que tratamos, el catalán es la única cuya problemática de verbos de movimiento podemos apoyar en un texto verdaderamente científico. Es así gracias a una remisión del Diccionario etimológico que dice: “Antonio Badía Margarit en un trabajo publicado en los Estudios dedicados a Menéndez Pidal III, p.3-31, trata de explicar la diferencia en el uso de venir entre el castellano y el catalán relacionándolo con la reducción de los tres demostrativos a dos, que se ha producido modernamente en una parte del territorio catalán: aquí = cast. aquí y ahí, aquest = cast. este y ese.” Mirando la fuente original , citamos las definiciones de los demostrativos que ha tomado el autor de algunos diccionarios: “Aquest: - cast. este. S’aplica a designar les coses que estan presents o més prop de la persona qui parla (per oposició ab aquell, que designa les coses allunyades, y antigament per oposició ab aqueix, que indicava les coses més pròximent d’aquell amb qui es parlava); Aqueix: 1 (antic) – cast. ese. S’aplicava a designar les coses que estaven més prop de la persona ab qui es parlava (per oposició ab aquest, que designava les coses més pròximes al qui parlava). 2 – cast. ese, este. S’aplica a designar les coses de que s’ha parlat ha poch o de que s’ha de parlat molt prest, y en general a indicar les coses que estan relativament prop (per oposició ab aquell, que designa les coses situades  relativament lluny).”
En el Diccionario etimológico se sigue comentando esta teoría de Badía Margarit: “Pero contra lo que él afirma, es éste un fenómeno de área muy limitada y de fecha reciente (la distinción entre ací y aquí y aun entre aquest y aqueix, sigue viva no sólo en Valencia y Rosellón, sino en la mayor parte del Principado) mientras que (pese a los casos esporádicos que cita) el uso del catalán venir, de conformidad con las reglas del catalán moderno y en desacuerdo con las normas actuales del castellano, ha sido siempre general en catalán y es el heredado del latín.”
Hasta aquí hemos explicado la problemática de los pronombres demostrativos. Ahora pasamos a los verbos de movimiento y veremos cómo están relacionados con lo anteriormente expuesto.
A. Badía Margarit define los verbos de movimiento de la siguiente manera: “Los verbos ir/anar significan ‘movimiento en sí mismo’, y cuando han de concretarse a unos términos, se refieren preferentemente al movimiento de alejamiento con respecto a la persona que habla, mientras que el verbo venir en castellano y catalán designa fundamentalmente el movimiento de acercamiento hacia la persona que habla. […] Añadamos ahora que el castellano y el catalán difieren precisamente cuando el término de esa dirección del movimiento es el segundo demostrativo (en castellano ese), o sea el lugar que ocupa la persona a la cual se habla. […] En catalán, pues, el verbo venir, además de significar ‘trasladarse desde un lugar al lugar donde se encuentra el hablante’ significa también ‘trasladarse al lugar donde se encuentra la persona a la cual se habla’.”
De esto interpretamos que Badía Margarit quiere decir que debido a la reducción de los demostrativos aquest y aqueix en un sólo aquest, se funde la diferencia entre el lugar del hablante y el de la persona a la que se habla. Los dos interlocutores están, pues, en la proximidad del hablante, y por lo tanto en catalán se puede usar el verbo venir para el movimiento hacia las dos personas.
Sin embargo, los autores del Diccionario etimológico se oponen a su teoría basada en la evolución de los demostrativos en catalán, y sobre el uso del verbo venir en catalán comentan lo siguiente: “Por otra parte es común con las demás lenguas romances; luego es el castellano el que ha innovado, aun frente al castellano antiguo y clásico, y por lo tanto es el uso castellano moderno de venir el que requiere explicación y no el catalán.”
Para mostrar la diferencia entre los usos castellano y catalán, expone Badía Margarit estos ejemplos:

  • Mañana iré a tu casa para leértelo. (diálogo)

Demá vindré a casa teva per a llegir-t’ho.

  • ¡Eh, tú! Ven, que te esperan. – Ya voy en seguida. (diálogo)

Ep, tu! Vina, que t’esperen. – Ja vinc de seguida.

  • ¿No ha ido por ahí, todavía? Cuando vaya dígale que he llamado. (llamada telefónica)

No ha vingut, encara? Quan vingui, digui-li que li he telefonat.

  • Iré algunos días a esa playa, ya nos veremos. (carta)

Vindré alguns dies a aquesta platja, ja ens hi veurem.

El autor no trata en ningún lugar el verbo llegar ni su equivalente catalán arribar. Sin embargo, menciona la oposición paralela al ir - venir, es decir, llevar – traer. En catalán existe el verbo portar que posee uso indistinto en cuanto a la dirección del movimiento; así que portar = llevar, traer.

Italiano
ir – andare (camminare, ire, portarsi, porcedere, etc.)
venir – venire (guingere, pervenire, sopravenire, etc.)
llegar – arrivare (giugnere o giungere, raggiungere, sopravvenire, etc.)
Los verbos, en su sentido de movimiento, se definen de la siguiente manera:
Andare: Muoversi, camminando o con un mezzo di locomozione, e dirigersi verso un luogo o una persona (moverse andando o en un medio de transporte, y dirigirse hacia un lugar o una persona).
Venire: Muoversi e recarsi nel luogo dove si trova chi parla, se il soggetto è di seconda o terza persona, o dove si trova la persona con cui si parla, se il soggetto è di prima o terza perosna (moverse e ir hacia el lugar donde está quien habla, si el sujeto es segunda o tercera persona, o hacia el lugar donde está la persona con la que se habla, si el sujeto es primera o tercera persona).
Arrivare: Con soggeto animato, muoversi e giungere in un luogo; se l’argom. non è espresso, si intende che il luogo di arrivo sia quello in cui si trova chi parla (con sujeto animado, moverse y alcanzar un lugar; si el sujeto no está definido, se entiende que el lugar de llegada es donde está el hablante).
Puesto que no disponemos de ningún estudio dedicado al tema de los verbos de movimiento en italiano, veremos las diferencias y similitudes sólo en unos ejemplos. Como fuente de inspiración para los ejemplos nos sirve el apartado sobre el idioma inglés que veremos al final de este capítulo:

  • María, ¿puedes venir, por favor?

Maria, puoi venire, per favore?

  • (llamada telefónica) ¿Puedo ir a verte?

Posso venire a trovarti?
Aquí vemos el típico ejemplo de poder usar el verbo venire para el movimiento hacia la persona a la que se habla.

  • Quiero ir a vivir a Grecia.

Voglio andare a vivere in Grecia.

  • Ayer fui a ver a John a su oficina, pero no estaba allí.

Ieri sono stato / sono andato a trovare John in ufficio ma non c'era.
Aparte del verbo andare, en algunos casos, es posible usar en italiano el verbo stare = estar.

  • Él la esperaba hasta las cuatro, pero ella no llegó/fue.

La aspettò fino alle 4 ma non arrivò / non andò.

  • Avísame cuando llegue.

Avvisami quando arriva

  • Llegué a la reunión sobre las 10.

Andai / arrivai alla riunione verso le 10.
Aquí es posible observar la sinonimia entre andare y arrivare. Del segundo capítulo sabemos que en algunos casos es posible optar en español entre los verbos ir y llegar, sin embargo, cada verbo aporta un significado un poco diferente.


“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas, pp. 10, 11.

“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, p. 11.

Ibid.

“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, p. 12.

“Análisis comparativo de los verbos de movimiento en checo y en español. Consecuencias didácticas”, p. 6.

Prokopová, L.: Španělština. Praha: SPN, 1992 (1. vydání).

Španělština, p. 65.

Španělština, p. 484.

Diccionario panhispánico de dudas, p. 664.

Králová, J.; Krbcová, M.; Dekanová, A.: Chacón Gil, P:. Fiesta. Plzeň: Fraus, 2000.

Fenclová, J.: Nuevo Ven 1. Studijní příručka v češtině. Plzeň: Fraus, 2005.

Houštěcká, E.: Španělština v testech s gramatickým minimem. Leda, 1997.

Španělština v testech s gramatickým minimem, pp. 22-23, 41.

Španělština v testech s gramatickým minimem, pp.  94, 10.

Španělsko-český, česko-španělský slovník. Olomouc: Fin Publishing, 2000.

Dubský J.: Gran diccionario checo-español.Praga : Leda Academia, 1996.

Dubský, J.: Česko-španělský slovník, španělsko-český slovník. Praha : Leda, 1999-2000.

Dubský J.: Gran diccionario checo-español, p. 528.

Ibid.

Ibid., pp. 540, 481, 482, 330, 538.

Dubský J.: Gran diccionario checo-español, p. 539.

Ibid., pp. 539, 537, 531, 538.

Ibid., p. 481.

Dubský, J.: Česko-španělský slovník, španělsko-český slovník, p. 142.

Dubský J.: Gran diccionario checo-español, pp. 538, 530.

Dubský, J.: Česko-španělský slovník, španělsko-český slovník, p. 164.

Diccionario panhispánico de dudas. Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid: Santillana, 2005.

Diccionario esencial : castellano-catalán : català-castellà. Barcelona : Vox, 1997.

Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 772.

Badía Margarit, A.: “Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico.” In: Estudios
dedicados a Menéndez Pidal. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Patronato     Marcelino Menéndez y Pelayo, 1950.

“Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico.”, p. 9, 10.

Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 772.

“Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico”, p. 21.

Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 772.

“Los demostrativos y los verbos de movimiento en iberorománico.”, p. 24.

Sabatini, F. – Coletti, V.: Dizionario italiano. Firenze: Giunti, 1997

Francés
ir – aller (marcher, s’éscrire, etc.)
venir – venir (renter, revenir, etc.)
llegar – arriver (venir, atteindre, etc.)
Para el francés son válidas las mismas reglas generales que para el catalán y el italiano. Vamos a observar en los ejemplos si hay algunos detalles que difieran el francés de los otros idiomas estudiados.

  • María, ¿podrías venir aquí, por favor? – Ya voy.

Maria, pourrais-tu venir ici, s’il te plaît ? – Oui, je viens.

  • ¿Puedo ir a verte?

Je peux venir te voir?
En estos dos ejemplos se confirma la posibilidad de usar en francés el verbo venir para el movimiento hacia la persona a la que se habla.

  • ¿A qué hora fui/vine a verte a la oficina ayer?

A quelle heure je suis venu te voir au bureau hier?

  • ¿Vas/vienes a verme al hospital cuando tenga la operación?

Tu viendras me voir à l’hôpital quand je me ferai opérer?
En estos dos casos, el verbo aller no es posible usarlo, al contrario que en español.

  • Susana no puede venir/ir a tu fiesta de cumpleaños la semana que viene.

Susan ne peut pas venir/aller à ta fête d’anniversaire la semaine prochaine.
En este caso, a diferencia del ejemplo anterior, sí se pueden usar los dos verbos. De esto podemos deducir que hay que tratar cada caso individualmente.

  • Vamos al cine hoy. ¿Quieres venir/ir con nosotros?

Nous allons au cinéma aujourd’hui. Veux-tu venir avec nous ?
Aunque venir en español suena mejor, también se puede emplear el verbo ir, pero en francés se usa exclusivamente venir.

  • Él la esperaba hasta las cuatro, pero ella no fue/llegó.

Il l’attendait jusqu’à quatre heures, mais elle n’est pas venue/arrivée.
El verbo aller no es posible usarlo. Por otro lado, venir y arriver, en este caso, son verdaderos sinónimos.

  • ¿Puede decirme cómo llego/voy a la comisaría?

Pouvez-vous me dire comment aller au commissariat?
En francés, en este contexto, no es posible usar el verbo arriver.

En el capítulo anterior hemos dicho que en las lenguas románicas (menos en español y en portugués) se puede usar el verbo venir para el movimiento hacia la persona que habla, hacia la persona a la que se habla y también hacia un tercer lugar, cuando se realiza el movimiento junto con el que habla. Más adelante se amplía esta información: “…por lo demás ésa es también la amplitud semántica del inglés to come, de alemán kommen, etc.” Vamos a contemplar este razonamiento en los siguientes apartados.

Inglés
ir – go (move, travel, walk, drive, ride, etc.)
venir – come (arrive, etc.)
llegar – arrive (come to, reach, get, etc.)
En inglés tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de gramáticas y otros estudios de la lengua, sin embargo, más bien para uso práctico que teórico, que enfocan los fenómenos gramaticales y semánticos desde distintos puntos de vista. En nuestro caso, tomaremos el manual Practical English Usage y presentaremos a continuación algunas tesis sobre el sistema inglés:

  • Aparte del concepto del hablante, introduce el inglés también el concepto del oyente y además los pone al mismo nivel, lo que lo diferencia del español. “We use come for movements to the place where the speaker or hearer is.”
  • Maria, would you come here, please? – I’m coming. (not I’m going)

María, ¿podrías venir aquí, por favor? – Ya voy.        

  • (on the phone) Can I come and see you?

¿Puedo ir a verte?
“We use go for movements to other places.” En los movimientos hacia otro lugar queda entonces la única posibilidad de usar el verbo go = ir, igual que en español.

  • I want to go and live in Greece.

Quiero ir a vivir a Grecia.

  • Let’s go and see Peter and Diane.

Vamos a ver/visitar a Pedro y Diana.

  • “We can use come for a movement to a place where the speaker or hearer already was or will be at the time of the movement.” La cuestión del tiempo futuro o pasado en los enunciados no la hemos tratado específicamente. Nos hemos apoyado siempre en la explicación de poder situarse psicológicamente en ciertos lugares en el pasado, presente o futuro. Esta explicación se ve reflejada en las situaciones nº 3, 4, 7, 10 y 15 del segundo capítulo. Podemos comprobar nuestro razonamiento en los siguientes ejemplos:
    • What time did I come to see you in the office yesterday?

¿A qué hora fui/vine a verte a la oficina ayer?

  • I went to John’s office yesterday, but he wasn’t in.

Ayer fui a ver a John a su oficina, pero no estaba allí.

  • Will you come and visit me in hospital when I have my operation?

¿Vas/vienes a verme al hospital cuando tenga la operación?

  • Susan can’t come to your birthday party next week.

Susana no puede venir/ir a tu fiesta de cumpleaños la semana que viene.

  • Come (with) can be used to talk about joining a movement of the speaker’s/hearer’s, even if go is used for the movement itself.”
  • We’re going to the cinema tonight. Would you like to come with us?

Vamos al cine hoy. ¿Quieres ir/venir con nosotros?

  •  “Sometimes when we are talking about somebody else (not the speaker or hearer), that person can become the centre of our attention. In that case, we use come for movements to the place where he/she is (or was or will be). This often happens in stories.” Recordemos la cita del segundo capítulo que decía que, si se trata de una tercera persona fuera de la acción, se usa el término no marcado ir. Está claro que en estos casos es imposible usar el verbo venir. Aquí podemos apreciar la diferencia entre los dos idiomas. Sin embargo, come también puede significar llegar, lo cual sí es aceptable en la narración, cuando se necesita destacar el final del movimiento.
  • He waited till four o’clock, but she didn’t come.

Él la esperaba hasta las cuatro, pero ella no llegó/fue.
En este ejemplo concreto también se puede usar el mencionado término no marcado ir. No obstante, la frase adquiere así un significado ligeramente distinto con respecto al sentido de la frase en inglés: significaría que “ella” ni siquiera salió de su punto de partida.

  • Para traducir el verbo llegar, en la mayoría de los casos usamos los verbos arrive (at, in) y come (to), prácticamente sin ningún cambio de significado. Sin embargo, como pasa en todos los idiomas, en la mayoría de las ocasiones tenemos más opciones, aunque alguna suene mejor que las demás, por ser su uso más extendido.

En el mencionado manual podemos también encontrar la oposición entre los verbos get y go, en cuanto a sus significados de movimiento: “Go is used to talk about a whole movement. Get is used when we are thinking mainly about the end of a movement – the arrival.” En estos casos se trata exclusiva y evidentemente de la oposición entre ir y llegar. Esta oposición tan clara no la hemos podido observar en ningún otro idioma. No obstante, en el segundo capítulo señalamos que hay casos donde también se puede apreciar en español. Veamos las similitudes en los siguientes ejemplos:

  • I go to work by car and Lucy goes by train.

Yo voy al trabajo en coche y Lucy va en tren.

  • I usually get there first.

Suelo llegar allí primero.

  • I went to a meeting in Bristol yesterday.

Ayer fui a una reunión en Bristol.

  • I got to the meeting at about eight o’clock.

Llegué a la reunión sobre las ocho.
El autor del manual especifica semánticamente el uso de get de la siguiente manera: “We often use get to suggest that there is some difficulty in arriving.” Esta misma explicación es válida para el verbo llegar en español.

  • Can you tell me how to get to the police station?

¿Puede decirme cómo llego a la comisaría?

  • En el apartado sobre la diferencia entre come y go, el autor nos remite a otro punto del manual: “The difference between bring and take is similar.” Se trata del fenómeno de la oposición paralela ir y venir, llevar y traer. Pero obviamente, la oposición bring y take conlleva las mismas características que come and go, es decir, pone al mismo nivel la posición del hablante y la del oyente. En su correspondiente apartado, Swan explica la similitud entre estas dos parejas de verbos con la siguiente definición: “We use bring for movements to the place where the speaker or hearer is. We use take for movements to other places.”
  • This is a nice restaurant. Thanks for bringing me here. (not taking me)

Es un bonito restaurante. Gracias por traerme aquí.

  • Let’s have another drink, and then I’ll take you home. (not bring you)

Vamos a tomar otra copa y después te llevo a casa.

  • (on the phone) Can we come and see you next weekend? We’ll bring a picnic.

¿Podemos ir a veros el próximo fin de semana? Llevaremos comida para comer al aire libre.

  • Let’s go and see the Robinsons next weekend. We can take a picnic.

Vamos a ver a los Robinson el próximo fin de semana. Podemos llevar comida para comer al aire libre.

Alemán
ir – gehen, fahren (reisen, ziehen, stehen, etc.)
venir – kommen (abstammen, herrühren, etc.)
llegar – ankommen (eintreffen, anlagen, gelangen, etc.)
El alemán es el único idioma de los que analizamos en este trabajo el cual, asimismo que el checo, distingue entre el movimiento en pie = gehen: sich in aufrechter Haltung auf den Füßen schrittweise fortbewegen (en una postura erguida desplazarse andando) y el movimiento en un medio de transporte = fahren: sich in bestimmter Weise mit einem Fahrzeug fortbewegen; eine Reise machen; eine bestimmte Strecke fahrend zurücklegen; von Verkehrsmitteln ein bestimmtes Ziel haben (desplazarse de alguna manera en un vehículo; hacer un viaje; dejar atrás un itinerario; tomar una dirección concreta). Sin embargo, como veremos en los ejemplos, los verbos checos (jít, chodit; jet, jezdit) y alemanes (gehen; fahren) no tienen el mismo funcionamiento.
Los dos verbos kommen y ankommen tienen la misma raíz y a veces no hay ninguna o sólo una muy pequeña diferencia entre ellos. Se definen de la siguiente manera: kommen: eintreffen, anlagen; sich auf ein Ziel hin bewegen und dorthin gelangen; irgenwoher eintreffen (dirigirse hacia una meta y llegar hasta ella; llegar desde algún lugar); ankommen: einen Ort erreichen, an einem Ort eintreffen (alcanzar un lugar, llegar a un lugar).
Vamos a mostrar algunos ejemplos. Puesto que el alemán es una lengua germánica, al igual que el inglés, aparte del español ponemos los ejemplos ingleses para poder observar las diferencias y similitudes entre esos dos idiomas.

  • María, ¿podrías venir aquí, por favor? – Ya voy.

Maria, könntest du bitte herkommen? – Ich komme.
Maria, would you come here, please? – I’m coming.
En este y en el siguiente ejemplo, podemos observar el uso del verbo kommen para el movimiento hacia la persona a la que se habla.

  • ¿Puedo ir a verte?

Kann ich kommen um dich zu sehen?
Can I come and see you?

  • Quiero ir a vivir a Grecia.

Ich will nach Griechenland gehen um dort zu leben.
I want to go and live in Greece.
En este caso, no se usaría el verbo fahren, aunque se supone que el viaje se efectuaría en un medio de transporte. El verbo gehen expresa básicamente la idea de ir a pie, y por generalización, se usa para el movimiento en sí mismo. No se destaca el modo de desplazamiento: en coche, en avión, en tren, etc.

  • ¿A qué hora fui/vine a verte a la oficina ayer?

Wann bin ich gestern gekommen um dich im Büro zu besuchen?
What time did I come to see you in the office yesterday?
En realidad, un alemán diría: Wann habe ich dich gestern im Büro besucht? Pero si ya hubiera una necesidad de poner algún verbo de movimiento, se usaría kommen y no gehen.

  • Ayer fui a ver a John a su oficina, pero no estaba allí.

Ich ging gestern zu Johns Büro, aber er war nicht da.
I went to John’s office yesterday, but he wasn’t in.
Para este ejemplo también existe una traducción más natural, sin ningún verbo de movimiento: Ich war gestern bei/in Johns Büro, aber er war nicht da. Se usaría el verbo sein (ser/estar – no se distingue en alemán). Aquí podemos ver la similitud con el italiano, que permite en este ejemplo usar el verbo stare (estar).

  • ¿Vas/vienes a verme al hospital cuando tenga la operación?

Wirst du mich im Krankenhaus besuchen kommen, wenn ich meine Operation habe?
Will you come and visit me in hospital when I have my operation?
En alemán no se puede usar el verbo gehen. Aquí es válida la misma regla que en inglés: usamos el verbo come/kommen si se trata de un movimiento hacia el lugar donde el hablante estuvo o estará (véase el apartado sobre inglés, punto dos).

  • Susana no puede venir/ir a tu fiesta de cumpleaños la semana que viene.

Susanne kann nächste Woche nicht zu deiner Geburtstagsparty kommen. Susan can’t come to your birthday party next week.

  • Vamos al cine hoy. ¿Quieres venir/ir con nosotros?

Wir gehen heute abend ins Kino. Möchtest du mitkommen/mitgehen? We’re going to the cinema tonight. Would you like to come with us?
Aquí es posible usar los dos verbos en alemán.

  • Él la esperaba hasta las cuatro, pero ella no llegó/fue.

Er wartete bis vier Uhr, aber sie kam nicht.
He waited till four o’clock, but she didn’t come.
El verbo ankommen se podría usar en ciertos casos parecidos, sin embargo, no es muy común para situaciones similares. Curioso sería el uso del verbo gehen, que significaría que él esperaba hasta las cuatro que ella se fuera de allí, pero ella al final no se fue.

  • Sigue recto hasta que llegues al cruce.

Geh gerade aus bis du zu einer Kreuzung kommst/ankommst.
Carry straight on till you come to a crossroad.
Se pueden usar los dos verbos, pero el sentido es ligeramente distinto. Ankommen se refiere a una meta final que en este caso sería “el cruce”. Pero si éste es sólo un punto por donde se pasa a otro sitio, se usaría el verbo kommen.

  • Avísame cuando llegue.

Sag mir wann er kommt/ankommt.
Tell me when he comes.
Este es un ejemplo donde kommen y ankommen se pueden usar prácticamente sin ninguna diferencia en el significado.

  • El tren llegó a la estación a las ocho.

Der Zug kam um 8 Uhr am Bahnhof an.
The train arrived at the station at 8 o’clock.
Los tres idiomas usan los verbos más específicos para expresar el fin de la acción.

  • Llegué a la reunión sobre las diez.

Ich kam um 10 Uhr zum Meeting.
I got to the meeting at about 10 o‘clock.
El alemán no siente aquí la necesidad de precisar el fin de la acción, al contrario que el español y el inglés. En alemán, “la reunión” no se percibe como un punto geográfico, sino como un lugar donde se desarrolla una acción. El verbo ankommen requiere un punto geográfico concreto.


6. Perífrasis verbales con los verbos ir, venir, llegar

 

Estos tres verbos tratados -por su pertenencia al grupo de los verbos de movimiento- constituyen una buena parte de los verbos que forman perífrasis verbales, cuyo número es bastante limitado. Veamos primero la definición general de la perífrasis verbal: en este caso usamos la de la Gramática descriptiva de la lengua española , que es breve y bien comprensible: “Una perífrasis verbal es la unión  de dos o más verbos que constituyen un solo ‘núcleo’ del predicado. El primer verbo, llamado ‘auxiliar’, comporta las informaciones morfológicas de número y persona, y se conjuga en todas (o en parte de) las formas o tiempos de la conjugación. El segundo verbo, llamado ‘principal’ o ‘auxiliado’, debe aparecer en infinitivo, gerundio o participio, es decir, en una forma no personal.”
En el estudio Perífrasis verbales se advierte que: “…hay que considerar como perifrásticos todos los tiempos compuestos, la voz pasiva y la forma progresiva. Los tres verbos auxiliares propiamente dichos que dan lugar a estas construcciones en la lengua española son haber, ser y estar.” Estos verbos se consideraban desde siempre el eje del sistema auxiliar verbal. En las perífrasis verbales adquieren la propiedad de estar enteramente gramaticalizados.
Sin embargo, con el tiempo se ha ido formando y estableciendo una serie de verbos que se pueden utilizar como auxiliares y que han sufrido paulatinamente el proceso de gramaticalización. “Esta pérdida parcial del semantismo original se manifiesta en el núcleo principal de verbos de movimiento (ir, venir, andar, traer, salir, llevar, seguir, pasar, volver, llegar) que forman la mayoría de las construcciones de nuestro estudio, más algunos otros de naturaleza diversa (tener, dejar, quedar, acabar, dar, romper, poner, echar, etc.).”
Trataremos las perífrasis verbales con ir, venir y llegar para mostrar que estos tres verbos forman un número elevado de construcciones con un significado completamente distinto del original. Por lo tanto, vamos a estudiar sólo aquellas construcciones verbales en las que el primer verbo pierde, en mayor o menor grado, su significado original. La acción principal conllevará entonces el segundo verbo en la forma de infinitivo, gerundio o participio. Estas construcciones nos permiten dotar a la expresión de unas diferencias aspectuales que en otras lenguas, asimismo que en español, se expresarían con determinantes adverbiales (de nuevo, insistentemente, desde hace tiempo, hace un momento, etc.) o usando otras formas gramaticales.
“Las posibilidades de combinación de todos estos verbos con el infinitivo, gerundio o participio pasado de otro verbo, dotan a nuestro idioma de una superabundancia de formas para expresar los más diversos matices aspectuales de la acción verbal.” El estudio de estas construcciones tiene una especial importancia para los estudiantes extranjeros. Gracias a ellas, el extranjero amplia y concretiza el matiz de la expresión deseada. Dependiendo de su lengua nativa, puede o no descubrir así nuevas formas gramaticales para expresarse.
Si nos centramos en la lengua checa, o quizás en general en las lenguas eslavas, nos fijamos en que los diversos matices que nos ofrecen las perífrasis verbales se suelen expresar en checo de otra forma. Aparte de algunos adverbios arriba mencionados, el checo usa las parejas de verbos con aspecto definido e indefinido (p.e. koupit – kupovat), en algunos casos acude a la abundante gama de prefijos y sufijos, o se aprovecha de la combinación de estos dos fenómenos y, por último, hay muchos casos en los que el checo utiliza los medios completamente distintos para expresar lo deseado.

Los dos manuales que usamos para componer este capítulo son muy diferentes. Perífrasis verbales es un estudio más bien de carácter práctico, y nos atreveríamos a decir que está destinado exclusivamente a estudiantes extranjeros. Está bien estructurado, muestra explicaciones muy claras y contiene varios apartados con ejercicios. Puesto que nuestra intención es destacar los diferentes aspectos semánticos, nos llamó bastante la atención el capítulo Contrastes entre perífrasis agrupadas por campos semánticos. Los autores distinguen ocho grupos de perífrasis: incoativas, terminativas, durativas, acumulativas, frecuentativas e iterativas o repetitivas, aproximativas y de conjetura, exagerativas o hiperbólicas, obligativas. Sin embargo, después de estudiar esta problemática más profundamente en más manuales, decidimos no clasificar las perífrasis de esta forma. Primero, los manuales difieren en este tipo de clasificación. Segundo, y más importante desde nuestro punto de vista, es que dentro de cada construcción puede haber varios significados, y por lo tanto, cada una puede aparecer en varios grupos. En estos casos, sin una explicación más profunda y concreta, esta terminología no tiene mucho sentido a la hora de clasificar las perífrasis verbales.
Para nuestros fines resulta más adecuada la Gramática descriptiva, que es mucho más extensa y específica. Aunque es un tratado de gramática, contiene bastantes descripciones y explicaciones semánticas. Estas son precisamente las que hemos extraído, dejando aparte los aspectos y diferencias gramaticales que no tienen distinción semántica.
En cuanto a la clasificación, los términos utilizados en Perífrasis verbales son empleados en la Gramática dentro de la descripción de cada significado de las perífrasis. Aparte de eso, aparece otro tipo de clasificación que indicamos sólo como información complementaria.

IR A + infinitivo

Es ésta, sin duda, una de las construcciones perifrásticas más utilizadas en español y la mayor parte de los idiomas europeos occidentales poseen giros sintácticos paralelos. Esta perífrasis pertenece al grupo aspectual porque el aspecto, junto con el valor temporal de futuridad, son sus valores dominantes. No obstante, también muestra en ocasiones los rasgos modales de ‘lo intencional’ y la probabilidad .
“Esta perífrasis tampoco es compatible con imperativos porque no se pueden ordenar cumplimientos de acciones cuando estas están todavía en un estadio de no realización. Así, el valor aspectual de esta perífrasis es el de acción a punto de comenzar, acción inmediatamente anterior a su inicio: Ve (tú) a decir tonterías. Por lo tanto, se trata de una perífrasis en que lo aspectual se mezcla de forma no siempre nítida con las modalidades ‘intencional y ‘probable’ y con la temporalidad futura.
Conviene recordar que para que la construcción ir a + infinitivo sea perifrástica, el infinitivo no debe poder nominalizarse y el auxiliar no puede seleccionar ni sujetos ni complementos:”

  • El Presidente se va a dirigir al público dentro de unos momentos.
  • El Presidente va a trabajar todos los días a su empresa. (Se puede decir también: El Presidente va a su empresa a trabajar.)

 

En este sentido hay otra cosa digna de subrayar: esta perífrasis no puede utilizarse en los tiempos compuestos sin perder su carácter perifrástico. “En la frase Ha ido a visitarte., es evidente que el verbo ir mantiene su significado original y no se gramaticaliza en absoluto.”

“En lo que a los valores semánticos se refiere, el valor aspectual de inminencia o inmediatez en la realización de una acción es bastante frecuente. Es obvio que este valor está unido al temporal de futuridad. Podríamos decir que lo expresado es un futuro inmediato:”

  • ¿Qué hora es? Van a ser las tres. (= están a punto de ser las tres)
  • Señores, va a comenzar el partido. (= está a punto de comenzar el partido)
  • Vámonos, que va a llover. (= que está a punto de llover)

Además, en casos como estos, la perífrasis no es sustituible por un futuro simple. El significado sería otro, o bien la oración resultaría agramatical.

El valor de ‘inminencia’ o ‘inmediatez’ también aparece con el auxiliar en pretérito imperfecto de indicativo:

  • Iban a ser las tres, cuando el niño se despertó. (= estaban a punto de ser las tres cuando el niño se despertó)

Observemos ahora algunos ejemplos en los que la perífrasis tiene valor modal intencional:

  • ¿Qué vas a hacer esta tarde? (= ¿qué piensas hacer esta tarde?)

También es posible su uso en pretérito imperfecto de indicativo:

  • Me iba a levantar cuando sonó la explosión. (= me disponía a levantarme)

“En ocasiones, con el auxiliar en primera persona del plural, el valor de futuridad se diluye o pasa a un segundo plano, y domina un valor claramente exhortativo. En estos casos, cabe la sustitución por un presente de subjuntivo con valor imperativo :”

  • Vamos a pensar qué se puede hacer. (= pensemos qué se puede hacer)
  • Venga, vamos a tomar otra copita. (= venga, tomemos otra copita)

El valor imperativo, mezclado a veces con otros de reproche o de advertencia, lo tenemos también en ejemplos como:

  • Le vas a decir a tu profe que te apruebe. (= dile a tu profe que…)
  • ¿Te vas a estar quieto de una vez? (= estate quieto de una vez)

En algunos casos, parece dominar un valor modal de posibilidad o probabilidad añadido o no al temporal de futuro:

  • Vais a pensar que estoy loco, pero me da igual. (= posiblemente penséis que estoy loco, pero me da igual)

“Al valor objetivo de futuridad se adhieren valores subjetivos de ‘amenaza’, ‘reproche’, ‘advertencia’, etc. del hablante hacia el oyente, que responden a actos ilocutivos concretos:”

  • Así no vas a conseguir nada. (Advertencia)
  • No hagas ruido, que a vas a despertar al niño. (Reproche)
  • ¡Te vas a enterar de lo que soy capaz! (Amenaza)

En los enunciados exclamativo-interrogativos, la perífrasis puede aportar los siguientes/estos valores:

  • Se realza una obligación o capacitación afirmando cuando hay negación, y negando cuando no hay negación:
  • ¡Cómo no voy a decirlo! (= debo decirlo)
  • ¡Y de qué te vas a arrepentir? (= no tienes que arrepentirte de nada)
  • A veces se enfatiza una afirmación o negación, destacando lo necio o inoportuno de una pregunta o afirmación:
  • ¿Eres tú? ¡Quién va a ser! ( = claro que soy yo)
  • Esto lo has hecho tú, ¿no? ¡Cómo lo iba a hacer yo! (= yo no lo hice)
  • En ocasiones, con la perífrasis se destaca la obviedad de lo que otra persona pregunta:
  • ¿Quién ha llamado? ¡Quién va a ser!: ¡tu padre!
  • Con el segmento a ver si se expresa una advertencia mezclada con rechazo, miedo, etc. en el hablante:
  • ¡A ver si os vais a caer!
  • En otros casos, el valor imperativo que hemos visto antes se mezcla con otros de advertencia o amenaza, siempre que el auxiliar aparezca en futuro imperfecto de indicativo y en frases negativas y el enunciado sea exclamativo:
  • ¡No irás a pensar que estoy loco! (= no pienses que estoy loco)
  • Existen contextos en que la perífrasis y la construcción correspondiente no perifrástica se neutralizan. Por consiguiente, no se aprecian valores semánticos diferentes:
  • No creo que vayas a aprobar. (= no creo que apruebes)

En algunos contextos, esta perífrasis se ha lexicalizado fuertemente hasta llegar a ser una locución, cuyas diferencias explicamos más arriba:

  • Con el verbo ver y el auxiliar en primera persona del presente de indicativo. Se emplea como construcción enfática en los inicios de conversaciones o preguntas para atraer la atención del oyente:
    • Vamos a ver, ¿qué habéis estudiado hoy?
    • Vamos a ver, ¿por qué no me lo dijiste?

En estos casos, la construcción se neutraliza con la forma simple correspondiente de subjuntivo: veamos.

  • Con el verbo saber y el auxiliar en imperativo morfosintáctico (vete) o sintáctico (vaya Vd.). Posee carácter interjectivo de refuerzo de la ignorancia del hablante:
  • ¡Vete a saber lo que habrían dicho de mí! (= sabe Dios lo que…; nadie sabe lo que…)
  • Con el verbo hacer en contextos exclamativos encabezados por qué, se indica resignación del hablante ante algún contratiempo:
  • ¡Qué le vamos a hacer! (= no hay nada que hacer)
  • Con el verbo parar, también en enunciados exclamativos, y con el auxiliar en presente de indicativo precedido del adverbio adónde, el hablante expresa pesimismo o consternación ante una situación:
  • ¡Adónde vamos a ir a parar con tanto delincuente!

Otras veces, con el auxiliar en tercera persona del presente de indicativo y en enunciados exclamativos, la misma locución sirve para ponderar las excelencias de una cosa en comparación con otra:

  • Tu hijo es más listo que el mío, ¿no crees? ¡Dónde va a parar!

(= claro que sí: no hay comparación)

  • Con el verbo ser y el auxiliar en presente o pretérito imperfectivo de subjuntivo precedido de la negación no, la locución adquiere un valor conjuntivo:
  • Ponte el abrigo, no vaya a ser que enfríes.
  • Se puso el abrigo no fuera a ser que se enfriara. (= para no enfriarse)
  • Con las formas del presente o pretérito imperfecto de subjuntivo precedidas de negación, la construcción aporta un valor de ‘advertencia’ mezclado con otro de ‘causa’:
  • Ponte el abrigo, no vayas a enfriarte. (= no sea que te enfríes)

IR + gerundio

“A la consideración de la acción en su desarrollo, propia de todas las perífrasis de gerundio, ir + gerundio añade una visión ‘prospectiva’, ‘progresiva’ y ‘gradual’; destaca las fases de un acontecimiento que se prolonga prospectivamente.” De ahí procede su tendencia a ir acompañada de locuciones o adverbios del tipo de poco a poco, paso a paso, paulatinamente, progresivamente, cada vez más, un poco cada día, lentamente, gradualmente, etc., o bien de a lo largo de los años, con los años, con el tiempo, etc. También es importante señalar que casi todos los usos de esta perífrasis no suelen aparecer en forma negativa.

Es frecuente con verbos que expresan cambio o proceso gradual:

  • Poco a poco se le iba pasando el mal humor.

           
En determinados contextos, y sobre todo con un adverbio como ya, puede destacarse el inicio de una acción que se prolonga, iterativamente o no (aspecto ‘incoativo -progresivo’).

  • Ya te va entrando el sueño.

También posible con estar + gerundio:

  • Ya te está entrando el sueño.

Relacionado con el empleo anterior, está su expresión de un mandato; el empleo de una fórmula que expresa la acción ya vista en su desarrollo destaca el deseo de que la acción ordenada se inicie inmediatamente:

  • Id encargando la comida.
  • Mientras yo limpio la terraza tú ve ordenando la habitación.

Cuando el contexto implica la noción de cambio gradual, ir + gerundio puede ser sustituido, en presente o imperfecto, por estar + gerundio. “Fuera de estos tiempos, la conmutación es en muchos casos imposible: estar requiere una determinación temporal contextual, explícita o implícita, no conclusiva, lo que excluye ir, que expresa una progresión gradual y prospectiva y no acepta adverbiales temporales de duración concreta:”

  • Fue ordenando el armario.
  • Estuvo ordenando el armario.

IR + participio

“Equivale a una construcción de voz pasiva donde está implícito un desarrollo de la acción, comenzando ésta en un momento del pasado que no se especifica y continuando hasta el momento al que nos referimos, y tiene valor ‘acumulativo – continuativo’. Su empleo está reservado a un reducido número de verbos y requiere un sujeto cuantificado. El verbo ir, en estos casos, se utiliza generalmente en tercera persona del plural y no se emplea en los tiempos compuestos, indefinido e imperativo.”

  • Del libro que hemos escrito, van vendidos 200 ejemplares. (= han sido vendidos hasta este momento…).
  • El árbitro expulsó al defensa central cuando iban marcados cinco goles.
  • En el campeonato de ajedrez que se está celebrando, van jugadas sólo diez partidas.

“Equivale a llevar +  participio en pasiva refleja (Se llevan vendidas la mitad de las acciones) y a ya + pasiva con estar, pasiva con ser o pasiva refleja (Ya están vendidas la mitad de las acciones).”

Esta construcción también puede adquirir el valor ‘acumulativo – terminativo’. En este caso, conserva un claro carácter adjetival y, por lo tanto, concuerda en género y número con el sujeto de la oración. “Es una semiperífrasis que se usa normalmente con adjetivos o participios adjetivados, donde el verbo ir conserva el matiz de movimiento que le es característico. Está en la línea de la tendencia del español a sustituir estar +  participio por formulaciones de carácter dinámico. Los participios más usados son los que se refieren al aspecto físico o estado anímico de una persona.”

  • Cuando murió su madre, fue vestida de negro durante un año.
  • Va muy preocupado por lo que le hemos dicho.
  • Siempre iba muy pintada.

VENIR A + infinitivo

“El matiz más importante de esta perífrasis es el aproximativo. Puede sustituirse por un verbo simple acompañado de más o menos, aproximadamente, etc.” Asimismo que en algunos otros casos, esta construcción pierde su carácter perifrástico cuando se utiliza en los tiempos compuestos.

  • En esta zona viene a llover (unas) diez veces al año.
  • Entre unas cosas y otras, Antonio viene a ganar 30.000 pesetas al mes. (gana aproximadamente…)

Otro de los valores es el de culminación de un hecho:

  • El tiempo vino a darme la razón. (= el tiempo acabó dándome la razón)

En ocasiones, el valor está muy cerca de un logro o de un significado ‘perfectivo’:

  • Lo vine a saber por ti. (= lo logré a saber por ti).

Con los verbos llenar, cumplir, satisfacer, cubrir, resolver, solucionar y sinónimos, esta perífrasis adquiere el valor de servir para:

  • La ley que actualmente se está discutiendo en las Cortes, vendrá a solucionar el problema de la vivienda. (solucionará; servirá para solucionar…).
  • El dinero que heredó vino a resolver sus problemas económicos.

“Esta construcción, como ocurre con ir + infinitivo, volver + infinitivo, llegar + infinitivo, puede ser o no perífrasis. Lo es, por ejemplo, en:”

  • Esta casa nos vino a costar treinta millones.

Es perífrasis, entre otras cosas, porque lo que selecciona el sujeto es el infinitivo costar, y no vino. La secuencia de infinitivo no es nominalizable (Esta casa vino a eso* , ¿A qué vino esta casa?* etc.) y porque no admite la estructura enfática de relativo (A* lo que vino esta casa fue a costar…).

La construcción no es perífrasis en:

  • Vinieron a traer el regalo a casa.

La secuencia a casa complementa a vino, y no a costar. Eso quiere decir que vino es verbo pleno, y no auxiliar. Una oración con esta construcción puede ser ambigua. Sólo por el contexto o la situación podemos desambiguarla:

  • El profesor vino a decirnos que no aprobaríamos.

Esta oración puede significar:
a) que el profesor vino (al colegio) para decirnos…
b) que el profesor dio a entender que…

 

VENIR + gerundio

“El significado general de esta construcción es el de una acción que ha empezado en un período de tiempo pasado y que se desarrolla gradualmente, con un matiz de insistencia o repetición, hasta el momento al que nos referimos. Implica la idea de desde hace…hasta + repetidas veces.” También se le llama visión ‘retrospectiva’. La perífrasis suele estar acompañada de adverbiales temporales que destacan el inicio previo de la acción o su persistencia hasta un momento determinado (desde hace mucho tiempo, hace dos años, en los últimos años, en los últimos días, últimamente,  en estos últimos años, hasta ahora, hasta la fecha, hasta entonces, etc.), pero estas expresiones no son imprescindibles.

  • Vengo pensando últimamente que ese problema no tiene solución.
  • Las mismas cosas venían sucediendo desde principios de siglo.

La tendencia es no utilizar esta construcción en los tiempos perfectos. Prácticamente, su uso queda restringido al presente e imperfecto de indicativo.

Con determinaciones temporales que destacan el inicio de la acción se aproxima al empleo de llevar + gerundio:

  • Llevo diciéndolo desde que te fuiste.

Tanto venir + gerundio como ir + gerundio expresan una acción prospectiva, pero con venir la visión parte de un tiempo anterior al expresado por el auxiliar, con ir la visión se dirige hacia un momento posterior. Venir es, sin embargo, menos frecuente que ir en sus usos perifrásticos con gerundio.
Es importante destacar que con gerundios de verbos que significan acercamiento hacia un punto dado es posible el empleo de ir, mientras que los verbos de alejamiento no aceptan venir:

  • Ya se vienen acercando las vacaciones. Ya se van acercando las vacaciones.
  • Ya se va alejando el peligro. Ya se viene alejando el peligro.*

La perífrasis venir + gerundio puede tener un carácter semiperifrástico en frases como:

  • Me vino contando su vida durante el viaje.
  • Ha venido llorando todo el camino. (aquí se desarrolla la acción durante el transcurso de un viaje o trayecto).

 

LLEGAR A + infinitivo

“El valor fundamental de esta perífrasis es el de logro:”

  • Nunca he llegado a comprender tus intenciones. (= nunca he logrado comprender…)

En forma negativa, significa que la acción expresada por el infinitivo no se realiza por completo. Designa que se ha estado a punto de algo sin llegar a ello:

  • Los conductores se bajaron de sus coches pero no llegaron a pegarse.
  • Estoy seguro de que nunca llegará a hablar bien francés. (no conseguirá hablar francés bien del todo)
  • Se nos rompió la dirección del coche, pero no llegamos a chocar con el coche que venía en dirección contraria. (aunque estuvimos a punto de chocar).

Puede tener el matiz de incluso o de ir hasta el extremo de.

  • Estaba tan furioso que llegó a pegarle. (que incluso le pegó: que llegó al extremo de pegarle)
  • Es tan aficionado a la lectura que llega a pasarse muchas noches en vela. (…que incluso se pasa…)

Larousse gran diccionario: español-francés francés-español. Barcelona: Larousse, D.L. 2007.
   

Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, p. 770.

Swan, M.: Practical English Usage. Oxford University Press, 2005.

Practical English Usage, p. 109.

Ibid.

Ibid.

Practical English Usage, p. 110.

Ibid.

Practical English Usage, p. 110.

Ibid.,, pp. 92, 93.

Ibid., p. 92.

Ibid., p. 93.

Haensch, G. – Domínguez, J. M.: Diccionario alemán-español, español-alemán. Barcelona: Herder, 1977.

Duden Deutsches Universalwörterbuch. Mannheim: Dudenverlag, 1996.

Bosque, I.; Demonte, V.:Gramática descriptiva de la lengua española.  Madrid : Espasa, 2000

Gramática descriptiva de la lengua española. p. 3325.

Fente Gómez, R.; Fernández Alvarez, J.;Feijóo, L.: Perífrasis verbales. Madrid: S.G.E.L., S.A, 1972

Ibid., p. 11.

Ibid.

Se refiere a todos los verbos mencionados que pueden formar núcleo de una perífrasis verbal.

Perífrasis verbales, p. 12.

Perífrasis aspectuales – grupo de perífrasis verbales del español que tiene que ver con la acción verbal en sí misma. Esta puede concebirse en su inicio o en un punto inmediatamente anterior a su inicio, en su transcurso, en su repetición, en su final o en un punto de la acción sin atender a estadios anteriores o posteriores. Según este criterio, cabe hablar de perífrasis incoativas e ingresivas, durativas, (re)iterativas, perfectivas y puntuales.

Sólo cuando expresa modalidad es posible usar en esta perífrasis infinitivos compuestos.
Ej.: Te lo iba a haber dicho (= me disponía a decírtelo; tenía la intención de habértelo dicho)

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3366.

Perífrasis verbales, p. 15

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3367.

Explicamos dicho fenómeno en el primer capítulo.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3369.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3370.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3412.

La iteración significa la repetición por segunda vez, frente a la reiteración que supone la repetición múltiple.

El verbo incoativo es aquel que expresa un cambio de estado (físico o psicológico) que el sujeto padece o experimenta.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3414.

Perífrasis verbales, p. 40.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3432.

Perífrasis verbales. p. 39.

Perífrasis verbales, p. 20.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3383.

Frases indicadas con * son agramaticales.

Perífrasis verbales, p. 33.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3415.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3384.

Puede tener también el significado de por fin, al fin, finalmente, etc., teniendo en cuenta los diversos matices que estas expresiones adverbiales pueden poseer en español.

  • Aunque al principio lo aborrecía, llegó a gustarle el whisky. (finalmente, al cabo del tiempo, le gustó el whisky)
  • Después de mucho discutir, llegó a vendérmelo por el precio que yo le ofrecía. (por fin, al final me lo vendió…).

“En frases de tipo condicional con la partícula si tiene alto grado de frecuencia en el lenguaje hablado.[…] El verbo llegar sólo se usa en el presente de indicativo, mientras que en la segunda parte de la frase puede emplearse también el presente de indicativo, el condicional o el pluscuamperfecto de subjuntivo.”

  • Si llego a saberlo antes, no voy. [eso equivale a la construcción condicional con pasado compuesto de subjuntivo: si lo hubiera sabido antes, no habría (hubiera) ido].
  • Este año han sido muy duros en los exámenes. ¡Puff, si no llego a estudiar…! (si no hubiera estudiado…)

Permite la supresión del infinitivo cuando este es el verbo ser y el atributo, un sustantivo que designa cargos, puestos, títulos o profesiones cualificadas.

  • Llegué a ministro. (= llegué a ser ministro)

7. Fraseologismos con los verbos ir, venir, llegar

El último capítulo lo dedicamos a la fraseología. No vamos a tratar este tema detalladamente. Es de nuestro interés sobre todo saber usar correctamente los tres verbos de movimiento en el habla, donde con mayor frecuencia se emplean los fraseologismos. Puesto que nuestro objetivo es práctico, la intención es centrarse en la fraseología de uso actual, intentando omitir los usos locales y anticuados. Una muy buena fuente es el Diccionario fraseológico documentado del español actual , que documenta el uso fraseológico de la época aproximadamente a partir de los años 50 del siglo XX. Este diccionario nos ofrece también una detallada definición y sistematización de los tipos de frases que contiene. En su introducción se establece la diferencia entre locuciones y modismos:

  • Locuciones: agrupaciones más o menos fijas de palabras. Se trata de conjuntos de palabras que tienen su propia función gramatical (nombre, pronombre, adjetivo, verbo, adverbio, preposición, etc.) tal y como la tienen las palabras individuales. Poseen un valor estable propio como si fuesen palabras individuales.
  • Modismos: esta denominación es frecuentemente usada en el lenguaje común donde se suele aplicar con poca precisión a la generalidad de las locuciones. Aunque a veces se usan como voces del todo equivalentes, no lo son: locución tiene un contenido más amplio que modismo. De modo que, aunque todos los modismos son locuciones, no todas las locuciones son modismos. Por lo tanto, no usamos la palabra modismo, ni frase, frase hecha, frase proverbial, dicho, decir, expresión, etc.

“El término fraseología recubre no solo las locuciones en sentido propio, sino todas las combinaciones de palabras que, en su práctica del idioma, no son formadas libremente por el hablante, sino que se le dan ya prefabricadas, como “paquetes” que tienen en la lengua un valor propio establecido por el uso tradicional.”  

Entre las expresiones fraseológicas podemos entonces distinguir entre:

    • Locuciones en sentido estricto: véase la definición más arriba. Según su función gramatical, una locución puede ser nominal, pronominal, adjetiva, verbal, adverbial, prepositiva, conjuntiva o interjectiva.
    • Locuciones en sentido amplio: entre ellas están las expresiones fijas (en lingüística se llaman colocaciones), de determinado nombre con determinado verbo, etc. Se registran colocaciones de alta frecuencia y de acusada fijeza.
    • Fórmulas oracionales: enunciados de forma fija y sentido peculiar. A diferencia de las locuciones no están integrados dentro de una oración, funcionando en ella como palabras (nombre, verbo, etc.), sino que funcionan como oraciones por sí mismas. Sin embargo, esto no quiere decir que sean siempre oraciones independientes. Por el contrario, es frecuente que la fórmula oracional  vaya coordinada o subordinada a aquella que la acompaña. En estas fórmulas, a diferencia de las locuciones verbales, es característico del verbo su escaso margen de variación morfológica. Naturalmente, al igual que en las oraciones corrientes, también existe la posibilidad de que su verbo vaya explícito o que esté implícito.

 

En las expresiones expuestas no están incluidas locuciones de otros idiomas, refranes ni denominaciones normales (agua de colonia, flor de lis, castaño de Indias, etc.). En la mayoría de los casos era posible documentar el uso de dichas expresiones en ejemplos de obras literarias, publicaciones periódicas o textos de Internet. El resto ha sido tomado del habla oral.

La Gramática descriptiva distingue además las perífrasis de las locuciones verbales, y acerca de estas últimas dice así: “…se caracterizan por estar constituidas por varias palabras, cuyo centro siempre es un verbo, y que actúan como una sola ‘unidad léxica’ fija. p.ej., echar de menos, tener en cuenta, dar de comer, etc. En estos casos, las secuencias que siguen al verbo no desempeñan por sí mismas la función sintáctica que actúa como núcleo predicativo. Además, constituyen unidades léxicas fijas, pues sus componentes no poseen capacidad de sustitución léxica, y su significado viene a ser el de un verbo simple: p. ej.: echar de menos – añorar.

 

IR

  • Ahí va. Interj. (col. ) Expresa admiración o sorpresa.
    • “Todos decían al verlos: ¡Ahí va! ¡Menudos guantes!” (Medio, 1967: 41)
    • “¡Ahí va! Son el Tomás, el Cano y el Pausa.” (Lera, 1958: 346)
  • Allá se van (o por ahí se van). Fórm. or. Se usan para comentar la semejanza de dos o más personas o cosas, o de una con otra.
    • “- Está mejor la de gris. – De cuerpo sí. Si vistiera de otra manera. De cara allá se van.” (Martín Gaite, 1967: 169)
    • “Consideró por fin que al fin y al cabo, medidas las distancias que le acercaban o le esperaban de un cisne, de un toro, y de una cría de cerdo, por ahí se iban, millas de más o de menos.” (Cela, 1994: 128)
  • Allá va 1 Fórm. or. (col.) Se usa para anunciar que se va a lanzar un objeto hacia la persona a quien se habla.
    • * ¡Coge la pelota! ¡Allá va!

Allá va 2 Fórm. or. (col.) Se usa para anunciar que se va a decir o hacer algo que ha pedido la persona a quien se habla.

    • “Bueno, no sé si decírselo… Pero, en fin, ¿prometido el secreto? Pues agárrese, que allá va.” (Zamora Vicente, 1972: 115)
    • “- Toque usted otra, tío Magín… – ¡Allá va la mesma, muchachos!” (Escobar, 1975: 145)

Allá va 3 (o allá que te va). Fórm. or. (col.) Se usa para describir el movimiento rápido e incontrolado de alguien o algo.

    • “Y ahora, por fin, vuelta a salir arriba Catalina [la Luna], allá va, tan deprisa como el Sol antes, solo que en contra, subiendo como un globo hacia las nubes.” (Fernández Santos, 1970: 59)
    • “Su mula delantera…se fue, ¡allá que te va!, contra la cuneta.” (Cela, 1957: 294)
  • A lo que iba (o íbamos). Fórm. or. Se usa para reconducir la conversación tras una digresión.
    • “Bueno, pues a lo que iba. El amante, el tal Gil, estaba metido en política.” (Landero, 1990: 286)
    • “Pues a lo que íbamos, que todavía queda mecha…,…el pueblo americano…”. (Castillo-Puche, 1964: 166)
    • “A lo que voy: cuanto favorece la organización de los hombres… me parece en principio políticamente interesante.” (Savater, 2003: 164)
  • ¿Cómo te va? (¿qué tal te va?). Fórm. or. Se usa para preguntar a alguien por la marcha de sus asuntos. Frecuentemente como saludo.
    • “- ¿Cómo te va? ¿Estás contento? – No… No, señor.” (Sastre, 1960: 74)
    • “¿Qué, Koldobika, qué tal os fue?” (Aldecoa, 1969: 15)
    • “Salió al vestíbulo y llamó Gerardo al Cigüeña y levantó los brazos y le dijo familiarmente, - ¿cómo te va? - y le hizo pasar al gabinete.” (Delibes, 1987: 89)
  • ¿de qué vas? Fórm. or. (col.) ¿Qué dices? Se usa para manifestar protesta o rechazo ante lo que se acaba de oír.
    • “- No deberías pasarte tanto con Fierro y con Raúl… - Pero si no les he dicho nada, ¿de qué vas?” (Mañas, 1994: 14)
  • Dónde va. Fórm. or. (col.) Se usa para ponderar la gran diferencia que existe entre dos personas o cosas. También dónde va a parar.
    • “Valía bien poquito, la verdad, infinitamente menos que José María, dónde va.” (Delibes, 1966: 68)
    • “Está mucho mejor así, dónde va a parar.” (Etxebarria, 2001: 431)
  • ¿Dónde vas [con algo]? Fórm. or. Se usa para ponderar lo exagerado o inadecuado de lo expresado en el complemento.
    • “- ¿Dónde vas con estos calzoncillos de abuelo? – Tenía en la mano unos calzoncillos míos de pernera, como los he usado siempre, porque me resultan más cómodos.” (Suárez Solís, 1982: 73)
    • “El evangelio dice que bienaventurados los humildes y los mansos… Tú me dirás a dónde vas con eso hoy, dado como está la vida.” (Martín Vigil, 1968: 71)
  • ¿Dónde vas a ir que más valgas? (o ¿dónde vas a ir que mejor estés?) Fórm. or. Se usa para ponderar lo inútil o desacertado de un hipotético cambio de lugar  o de situación.
    • “- Así que me levanto de la cama, solo de ver el mundo vacío me dan ganas de devolver… - ¿Y dónde vamos a ir que más valgamos?... - ¡Al infierno! ¡Donde sea!” (Delibes, 1962: 105)
    • “Dónde vais a ir que mejor estéis, dónde que no sea gruta excavado bajo el gobierno de vuestro tesón.” (Soriano, 1993: 224)
  • el no va más. M. (col.) El máximo de intensidad, de calidad o de importancia. También la persona o cosa que lo representa.
    • “Su mamá  en casa la tiene por el no va más de la bondad.” (Savater, 2003: 56)
    • “Lleno de fe en su destino, calvinista a ultranza y racista hasta el no va más.” (Abc 7. 9. 66, 28)
    • “Para él, el rey era el no va más.” (Delibes, 1966: 93)
    • “Yo me pensaba que los romances eran el no va más, pero no veas cómo suena en el alma el ritmo del soneto.” (Grande, 2003: 182)
  • Ir a lo suyo [alguien]. V. Tener su propio interés como meta u objetivo de su acción.
    • “- Yo no tengo nada en contra de las camas redondas. – Ni yo tampoco. Lo que pasa es que en España la gente es demasiado incivilizada para estas cosas; aquí cada uno va a lo suyo, y en plan no puede ser.” (Goytisolo, 1976: 432)
    • “Este mundo es una caca, yo voy a lo mío, mis colegas también y al lector, que lo zurzan.” (Sánchez Dragó, 2001: 183)
  • Ir a parar 1 [a un lugar]. V. Llegar [a él] al término de un recorrido o de un proceso.
      • “Chuté, yendo a parar el balón a los pies de Tinajilla.” (Olmo, 1968: 45)
      • “Recorro naves y capillas y finalmente voy a parar a la de Palafox.” (Carnicer, 1976: 83)
      • “La cuenca de un río es el territorio cuyas aguas van a parar a ese río.” (Ortega; Roig, 1969: 54)
      • “Calles rectas…que van a parar a una plaza inconfundible.” (Gráfico 14. 9. 74, 46)
      • “¿A dó fueron a parar los viejos entusiasmos? (Abc 7. 10. 89, 28)

Ir a parar 2 [a algo]. V. Tener[lo] como término del pensamiento o de la acción.

    • “Los viejos somos unos cochinos que vamos a parar siempre a lo mismo.” (Medio, 1967: 113)
    • “Yo me di cuenta adónde quería ir a parar cuando me hablaba de todas aquellas cosas.” (Arce, 1956: 113)
  • Ir de suyo [algo]. V. (lit. ) Ser connatural o elemental.
    • “Tenemos, de una parte, la objetividad del perimundo. Parece cosa que va de suyo el admitir su existencia.” (Saber / Leer  4. 89, 6)
  • Ir para abajo [alguien o algo]. V. Decaer.
    • “- ¿Hay muchas castañas?...- Menos que antes. Cada vez se pierden más los castaños. Este pueblo va para abajo.” (Ferres; Salinas, 1974: 15)
    • “El campo, a pesar del buen tiempo, ya va para abajo.” (Delibes, 1977: 186)
  • Ir para arriba. 1 V. Crecer.
    • * “Los niños van para arriba y los viejos para abajo.”

Ir para arriba. 2 V. Prosperar.

    • “Vosotros os casáis y yo vendo lo que tenga que vender para que vayáis para arriba y estéis bien.” (Cela, 1965: 216)
    • “Las acciones se han disparado porque la Bolsa va para arriba.” (Cacho, 1988: 342)
  • Ir por delante. V. Ser anticipados [una noticia o un dato].
    • “Lamentamos, sinceramente, no poder anticipar nombres, por no haber sido autorizados para ello; pero vaya por delante el que estas personas ‘concejables’ son dos señoras y siete señores.” (Extremadura 19. 10. 70, 9)
  • Irse a + determinados nombres con artículos (porra, cuerno, demonio, diablo, mierda, carajo, etc.) o sin artículo (paseo), o determinadas locuciones verbales (freír espárragos, freír monas, hacer puñetas, hacer gárgaras, tomar viento, tomar por (el) culo, etc.). V. (col. o vulg. ) Acabarse, fracasarse o malograrse. Cuando el verbo ir va en una forma desiderativa (vete, que se vayan, etc.), la frase se usa como rechazo vehemente de la persona o cosa a que se refiere.
    • “Aprieta el calor. De pronto se ha ido al cuerno el frío, y el verano se ha esponjado al sol.” (La Voz de Castilla 2. 6. 70, 8)
    • “Era difícil librarse de la idea del olor a cuadra que llevaba encima, pero, mirándola tan mujer, tan hecha y tan a su gusto, todo menos lo del olor parecía haberse ido al demonio.” (Nácher, 1957: 167)
    • “‘Antes’ no te dejaban preguntar, y ‘después’ sí, pero no te responden, de forma que en cualquier caso la posibilidad de diálogo se va a paseo.” (Delibes, 1972: 101)
    • “¡Esto ha de irse al carajo a la fuerza!” (Gironella, 1971: 96)
    • “Ha sido una suerte que la gira se fuese a hacer puñetas.” (Landero, 2002: 268)
    • “Dentro de un tiempo todos estos se habrán ido a tomar por culo, no quedará ni sombra de esto.” (Lindo, 2002: 68)
    • “- Eres igual que una niña. – Vete a la porra, ¿sabes? – replicó Julia.” (García Hortelano, 1973: 138)
    • “¡Se pagará, sí, señora! ¡Pero ahora váyase a freír monas!” (Buero Vallejo, 1956: 66)
    • “- Usted, don Baldomero, es un peligro para las mujeres. – ¡Váyase a la mierda!” (Torrente Ballester, 1972: 94)
    • “- Lávate la cara y volverás a descubrir tu antigua belleza. – Vete a tomar viento.” (Vázquez Montalbán, 1991: 87)
    • “¡Anda ya, listo, vete a hacer gárgaras!” (Marsé, 1993, 116)
    • “¡Vete a tomar por saco!” (Zamora Vicente, 1980: 189)
    • “El tendedero…me aclaraba que mi madre era un mentirosa… que no me iba a echar al cesto ni un cantero de pan, y que me fuera a cagar a la vía.” (Grande, 2003: 112)
  • Irse abajo 1 [alguien o algo]. V. Caer o caerse al suelo.
    • “Un caserón puede irse abajo en pocos instantes. Dinamita o aluminios, qué más da.” (García Sánchez, 1995: 222)

Irse abajo 2 [alguien o algo]. V. Hundirse o desmoronarse. En sentido no físico.

  • “Los programas se fueron abajo por falta de apoyo  económico de la publicidad.” (Andrés, 1993: 47)
  • “Bastó una defensa más dura para atenazar a una Barçaque se fue abajo con la misma rapidez que antes se había exhibido.” (La Vanguardia 29.12. 94)

Irse abajo 3 [el toro] V. (Taur. ) Perder ímpetu o acometividad.

    • “El segundo sobrero se quedaba corto en sus arrancadas… Caballero acertó en dos tandas de derechazos en la distancia necesaria, pero el astado se fue abajo.” [La Verdad 6. 10. 03 (In) ]
  • Irse arriba 1 [el toro]. V. (Taur.) Crecerse, o tomar más acometividad.
    • “Tras el primer par de banderillas el toro se avisa, se va excesivamente arriba, o se viene demasiado abajo y es mejor cambiar el tercio.” (Moral, 1996: 133)

Irse arriba 2 [una persona] V. Crecerse, o tomar más ímpetu o ánimo.

    • “El Madrid se fue arriba, pero no equilibró el partido en el marcador.” (Abc 7. 5. 86)
    • “Le correspondió el toro, posiblemente, con más casta y trapío de la tarde, y Paulita se fue arriba muletazo a muletazo sin perderle la cara.” [El Mundo del Siglo XXI. Madrid 12. 10. 01 (In)]
  • Irse [alguien] por donde ha venido. Verbo irse. Con intención ponderativa. Frecuentemente expresando desprecio o rechazo.
    • “No se asuste, susurró él, ¿me deja quedarme, me deja? Usted está loco, ¿qué se ha figurado?, contestó Manuela…., ahora mismito se va a ir por donde ha venido.” (Caballero Bonald, 1974: 43)
    • “Un buen día lo sacó a bofetadas de la cama de una de sus dobles, hicieron las maletas y se fueron por donde habían venido.” (Zarraluki, 1995: 45)
    • “No creo que este encuentro inesperado altere en nada nuestros planes. Pero si lo creéis así, me voy por donde he venido y os dejo otra vez a la buena de Dios.” (Fernán-Gómez, 1985: 51)
  • Ir tirando. V. (col.) Mantenerse, sin mejorar ni empeorar, en el estado mediano en que se estaba.
    • “Si la mala pata es ajena, quiere decir, se piensa, que los otros vamos tirando.” (Lázaro, 1986: 36)
    • “De estas bagatelas es de lo que, por desgracias, se va tirando…Mantener la frente muy alta en este negocio [librería] es un suicidio.” (Díez, 1992: 141)
    • “Rutinas para seguir adelante, para ir tirando, para respirar sin necesidad de pensar.” (Montero, 2001: 15)
  • Ir y + verbo en indicativo V. (col.) Se usa para poner de relieve la acción expresada por lo que sigue a ‘y’.
    • “Todavía conteniendo la risa, fue Enzo y dijo: - De seguro ha oído hablar de nosotros.” (Arce, 1956: 18)
  • Ir y venir. 1 V. Moverse de un lado para otro, o en un sentido y en el opuesto.
  • “Solo se echaba de tarde en tarde una peonada agrícola, y el resto del tiempo se malgastaba en gamberrear, en ir y venir sin ton ni son.” (Grosso, 1984: 146)
  • “Iba y venía como una sonámbula por las habitaciones.” (Laforet, 1955: 81)

Ir y venir. 2 M. Movimiento incesante de un lugar a otro en diversas direcciones.

    • “El turismo murió en pocas semanas. Aquel alegre e incesante ir y venir de un sitio a otro, sin más objetivo que ver paisajes y acumular recuerdos, fue desapareciendo con gran rapidez.” (Laiglesia, 1967: 35)
    • “La imaginábamos espiando el ir y venir de las mujeres del declive.” (Matute, 1960: 10)
    • “En el otoño, cuando los corzos se juntan, se va uno allí a ver los ires y venires.” (Berenguer, 1967: 116)
  • No + ir en subjuntivo + a + infinitivo. = para que no + el segundo verbo en subjuntivo.
    • “Bibiana le quita la bandeja de entre manos, no vaya a tirarla al suelo.” (Medio, 1967: 32)
  • No irle ni venirle [a uno (complemento indirecto) una cosa (sujeto)] o (más raro) no irle ni venirle nada [en una cosa]. V. (col) No importarle nada. Puede faltar el complemento indirecto. A veces ¿qué le va ni le viene?
    • “Si conmigo no tienes que disimular…A mí, como tú comprenderás, ni me va ni me viene.” (Zamora Vicente, 1972: 227)
    • “Respecto al conflicto del Golfo afirman que ‘es un asunto que ni le va ni le viene a España.’” (El Mundo del Siglo XXI 23. 8. 90, 6)
    • “Valía la pena cambiarlos [los arenques] por unas ideas literarias que ni iban ni venían y de las que él mismo casi se había olvidado.” (Torrente Ballester, 1973: 383)
    • “Acuérdate con lo de la condecoración, ya ves qué pito tocaría él,… a él qué le iba ni qué le venía.” (Delibes, 1966: 236)
  • No sé dónde vamos a (ir a) parar (o ¿dónde iremos a parar?). Fórm. or. Se usa para ponderar la gravedad creciente de lo que se está comentando.
    • “Los gastos cada quincena crecían de una manera exorbitante…Esta quincena importa una barbaridad. Yo no sé dónde vamos a parar.” (Cuevas, 1958: 181)
    • “¿Has visto qué calor hace hoy? Es por demás. No sé dónde vamos a ir a parar.” (Díaz-Cañabate, 1977: 174)
    • “Lo encuentro todo carísimo. No sé dónde van ustedes a parar.” (Palomino, 1976: 211)
    • “El ser sus últimos días les hace soslayar de manera cómoda el pensamiento conturbador de que, por este camino, ¿adónde iremos a parar…?” (Alfonso, 1970: 171)
  • No te vayas (o no vayas) a + infinitivo. Fórm. or. Se usa para prevenir contra la tentación o el riesgo de hacer lo que el v en infinitivo expresa.
    • “No te vayas a creer que le quiero, por lo que te he dicho. Yo  no le cambiaba por ninguno.” (Martín Gaite, 1967: 21)
    • “Treparon a la plataforma… - Cuidado. No vaya a caerse. - “ (Torrente Ballester, 1972: 23)
  • No va más. Fórm. or. En la ruleta: Fórmula con que el croupier advierte el fin de las apuestas.
    • * “Hagan juego, señores. No va más.”
    • “Adolfo Suárez, el gran croupier, está a punto de gritar el ‘No va más, señores’.” (El País 1. 8. 80)
  • No vaya a ser que. Conj. . (col.) También pop, vaya a ser que, o vaya que. Seguido de verbo en subjuntivo.
    • “A mi amigo hay que llevarle algo que quede bien, no vaya a ser que se enfade.” (Zamora Vicente, 1972: 214)
    • “Enfundada  en la arpillera con careta, pantalones bombachos y guantes de tractorista, no fuese a ser que las abejas se cebasen con ella.” (Berlanga, 1984: 94)
    • “Yo mejor me voy a mi cuarto, vaya a ser que mi hija se ponga nerviosa por si meto la pata.” (Lindo, 2002: 21)
    • “En muchas ocasiones, las personas dudamos en acudir, vaya que demos la lata, vaya que pueda arreglármelas solo/a, vaya que pierda el tiempo.” (Enríquez, 1997: 235)
  • Que si fue y que si vino. Fórm. or. (col.) Se usa para aludir a palabras ajenas que se consideran sin interés, especialmente las dichas en una discusión.
    • “Y que si patatín y que si patatán, y que si fue y que si vino.” (Zamora Vicente, 1972: 141)
  • Qué va. Fórm. or. (col.) Se usa como negación enfática. Frecuentemente como respuesta.
    • “No es decir que yo no admire la entereza, qué va, pero a los sentimientos también hay que darles su parte.” (Delibes, 1966: 20)
    • “- Tendrá catorce años. – Qué va. Ya ha cumplido dieciséis.” (Martín Gaite, 1967: 23)
    • “-¿Has cocinado algo? -  ¡Qué va!” (Mañas, 1994: 127)
  • Qué vas a + infinitivo. Fórm. or. (col.) Se usa para negar enfáticamente que el sujeto realice lo expresado por el infinitivo.
    • “- Tienes mal genio, ¿eh? - ¡Qué voy a tener!” (Castillo-Puche, 1964: 248)
  • ¿quién va? Fórm. or. Se usa para pedir que se identifique alguien que llama a la puerta o cuya presencia próxima se ha percibido.
    • “Dentro del fresco portal se oyó la voz de un viejo:!Quién va!... – Gente de paz, patrón.” (Cela, 1971: 142)
    • “- Aquí no hay nadie, ¿quién va? – Busco a una señorita llamada Cándida.” (Mendoza, 2001: 18)
  • Sin ir más lejos. Adv. Sin necesidad de buscar pruebas o ejemplos menos inmediatos que el que se va a exponer. También (más raro) sin ir más allá.
    • “Había cantidad de ellos [alemanes] en el ejército gabacho. En Hamburgo, sin ir más lejos, nos vigilaban centinelas alemanes y franceses.” (Pérez Reverte, 1999: 78)
    •  “Ahora, sin ir más lejos, lo soy [vocal] de dos concursos poéticos.” (Abc 8. 9. 66, 3)
    • “¡Si usted supiera con cuánta devoción le pedí ayuda! Sin ir más allá, esta mañana llevé una vela a la Milagrosa para que moviese el corazón de usted.” (Torrente Ballester, 1972: 88)
  • Va por + pronombre. Fórm. or. Se usa para brindar a alguien (designado por el pronombre) un acto que se va a realizar.
    • “Los tres espadas brindaron a Franco uno de los toros. El Niño de la Capea, con un sobrio ‘Va por usted’.” (Cambio 16, 23. 6. 75, 92)
    • “No bajéis la música. Altita. (Se quita la gorra y la tira al aire muy chulo, en brindis torero)… Va por vosotros.” (Alonso de Santos, 1985: 56)
    • “El vagabundo…dijo que sí, que aceptaba [el vaso] con mucho gusto. Pinete, con el vaso en la mano, pronunció un brindis muy sentido. - ¡Salud! ¡Va por usted!” (Cela, 1971: 299)
  • nombre + va, + el mismo nombre + viene. Fórm or Se usa para indicar la repetición de la acción expresada o aludida por el nombre.
    • “Me iba al pasillo, y paseo va, paseo viene.” (Alonso de Santos, 1985: 98)
    • “La granja del Vorosik se había convertido en una se esas carnicerías memorables, sablazo va y sablazo viene, bayonetas por todas partes.” (Pérez Reverte, 1999: 100)
  • Vamos, anda (o, pop. , amos anda). Interj. (col.) Se emplea para rechazar despectivamente lo que ha dicho el interlocutor.
    • “¡Ah no, de eso ni hablar!...!Encima de que venís a robarme, casi me matáis y el estanco medio chamuscao…! ¡Vamos anda!” (Alonso de Santos, 1990: 59)
    • “A las seis y media nos levantamos…Algún que otro fraile y nadie más. ¿Aquí, a esa hora, y en día de fiesta? Amos, anda, a otro perro con ese hueso.” (Zamora Vicente, 1972: 104)
  • Vaya (o váyase) lo uno por lo otro. Fórm. or. Sirva una cosa de compensación por otra.
    • “Los vinos son rutinarios, y en cambio los postres resultan cuidadísimos: vaya lo uno por lo otro.” [Semana 19. 7. 02 (In)]
    • “-Hombre – repuso -, si vas a ver, riesgo, tiene la vida por donde quiera que la mires. – Pues váyase lo uno por lo otro.” (Sánchez Ferlosio, 1965: 176)
  • Vaya que sí. Adv. (pop.) Sí, o claro que sí. Con intención enfática.
    • “-He conocío Linares cuando era de verdá un pueblo minero, y corrían los dineros que era un primor. - ¡Vaya que sí! En Linares se han gastao los dineros más aprisa que puedan gastarse en cualquier lao del mundo.” (Ferres, 1961: 200)
    • “Tuvieron un noviazgo accidentado, vaya que sí.” (Antolín, 1997: 70)
  • Vaya si (o más raro, vaya que si) + verbo en indicativo. Fórm. or. Se usa para afirmar enfáticamente el hecho expresado por el verbo.
    • “Y cumplió, vaya si cumplió.” (Sánchez Dragó, 2001: 92)
    • “Dijiste muchas veces que yo era un niño a tu lado, que sabías muchas más cosas que yo… ¡Y vaya si era verdad!” (Matute, 1960: 232)
    • “¡Tú subes igual que yo! ¡Vaya si subes!... ¡Ahora ya te ha tocado ir, y vas! ¡Vaya que si vas!” (Sánchez Ferlosio, 1965: 74)

 

VENIR

  • ¿a qué viene…? Fórm. or. ¿Qué motivo hay, o qué relación tiene con el tema o la situación en cuestión?
  • “¿A qué viene tanto hola? ¿Me queréis explicar?” (Mihura, 1965: 74)
  • “¿A qué venía aquella decisión?” (Salisachs, 1996: 271)
  • Bien venido. Fórm. or. Se usa como saludo cortés dirigido a una persona que acaba de llegar de fuera.
  • “- Entonces he llegado a tiempo. – Sí, Tell. Bien venido. – Bien venidos a ustedes a Uri, señores.” (Sastre, 1967: 55)
  • Lo que venga (o, más raro, lo que viene). Adj. sustantivado (col) El hijo que va a nacer.
  • “- ¿Y es el más chico? – La niña está… - Seis…. No está mal. – Y lo que venga.” (Delibes, 1973: 104)
  • No (me) vengas. Fórm. or. (col.) Se usa para rechazar cualquier argumento, real o imaginario, del interlocutor. Frecuentemente con un complemento con.
  • “Te han puesto la cabeza del revés, cariño, que tú al principio no eras así, no me vengas ahora.” (Delibes, 1966: 51)
  • “- Toca algo movido para que el señor salte…- No me vengas con leches, hombre…Creí que el señor quería ver el flautín, pero no oírlo.” (Ferrer-Vidal, 1970: 138)
  • “Y no me vengas con tus quejas, que la tengo bien merecida.” (Zamora Vicente, 1972: 195)
  • Por venir. Adj. (lit.) [Tiempo] futuro.
  • “Estaba persuadido que con él advenía una casta de superhombres, ordenadora del mundo, para dos mil años por venir.” (Abc 29. 6. 58, 3)
  • “Escritores que iniciaban su carrera literaria y a los que y a los que la vida por venir reservaría olvido absoluto.” (Martínez Cachero, 1963: 145)
  • Que viene. Adj. Próximo o siguiente. Normalmente siguiendo a expresiones de tiempo del tipo el lunes, la semana, el mes, el verano, el año, el siglo.
  • “Nosotros le damos a la manivela esta pieza que viene.” (Sánchez Ferlosio, 1965: 223)
  • “El año que viene cobro el diez por ciento de un buen puñado de corridas de toros.” (Díaz Cañabate, 1970: 96)
  • “La semana que viene tenemos trabajo para todo el personal.” (Laforet, 1955: 163)
  • “Iba a ser dada de alta el mes que viene.” (Alonso Millán, 1964: 204)
  • “Dame 5.000 infantes…y el jueves que viene estaré en Bilbao.” (Delibes, 1975: 22)
  • Sin venir a qué. Adv. Sin motivo, o sin tener relación o conexión con aquello de que se trata.
  • “Se reían a carcajadas sin venir a qué.” (Fraile, 1964: 25)
  • Venga a (o de) + infinitivo. (col.) Fórmula con que se expresa enfáticamente la reiteración de la acción significada por el infinitivo. También venga y venga, aludiendo a una acción enunciada antes.
  • “Y luego, venga a reír, y venga sin parar.” (Olmo, 1968: 64)
  • “La boca me dolía de decírtelo, y tú venga de mecerla.” (Lagos, 1969: 50)
  • “Le estuvimos frotando con arena y aceite, venga y venga, hasta sacarle lustre al cañón.” (Berenguer, 1967: 58)
  • Venga de + nombre. Fórmula que expresa enfáticamente el exceso de lo designado por el nombre.
  • “Allí había muchísimo personal, faldas y pantalones, todos del señorío; ellas muy blancas y rubias, venga de pintura por la cara y las tetas empinadas.” (Berenguer, 1967: 48)
  • Venga de ahí. Interj. (col.) Se usa para animar a alguien a que se decida a hacer o decir algo.
  • “- ¿La caja es para ahora, don Pedro?... ¿Quiere usted que vaya abriéndola? – Venga de ahí.” (Caballero Bonald: 1967: 49)
  • “Venga de ahí. A ver qué me tenías que decir con tanto misterio.” (García Pavón, 1970: 21)
  • Venga ya. 1 Interj. (col.) Se usa para exhortar a alguien a que se mueva o cambie de actitud.
    • “Venga ya, Aniano; no se exalte usted.” (Sánchez Ferlosio, 1965: 66)
    • “Lo malo era cuando me preguntaban que dónde me había tocado, y yo respondía que al País Vasco, a Vitoria, porque entonces…había como un impulso de… decirme, venga ya, que no será tan grave.” (Muñoz Molina, 1995: 43)

Venga ya. 2 Interj. (col.) Se usa para rechazar lo que se acaba de oír.

  • “Naturalmente que había que pagar la entrada… Gratis, gratis. Venga ya, hombre.” (Zamora Vicente, 1972: 232)
  • “¿Lo dejamos o echamos otra? – Federico le quitó el cubilete. – No, hombre, venga ya. Yo ya no juego más.” (Martín Gaite, 1967: 153)
  • Venir a + infinitivo (o, más raro, venir + gerundio) = indicativo + aproximadamente.
  • “Conviene destacar de su discurso una única frase…, que venía a decir, sobre poco más o menos: “En este país mandan las leyes, no los hombres”. (Informaciones 15. 8. 74, 8)
  • “Diga usted, Aniano, ¿a cómo vendrá costando una moto de esas?” (Sánchez Ferlosio, 1965: 56)
  • Venir a parar. 1 V. Llegar [a un lugar en que está ose sitúa la persona que habla], al término de un recorrido o de un proceso.
  • “Tres patatas cayeron desde el saco al suelo. La primera vino a parar delante de mis pies.” (Olmo, 1968: 75)
  • “Por fin alcancé el trampeado terreno por el sitio más arisco y bronco, adonde vino a parar, ciego de coraje, mi inmediato enemigo.” (Abc 2. 2. 58, 11)
  • “Es ejemplar el hecho de que…el cargo desempeñado en tiempos por monjes más o menos fanáticos…viniera a parar a mano de un hombre que, de joven, supo más de secretos de alcoba que de otra cosa.” (Caro Baroja, 1968: 58)

Venir a parar. 2 V. Ir a parar o llegar [a un lugar], al término de un recorrido o de un proceso.

    • “Cerca del ano viene a parar el conducto de la glándula de la tinta, que segrega un líquido oscuro.” (Bustinza Lachiondo; Mascaró Carrillo, 1959: 131)

Venir a parar 3 [en algo]. V. Acabar [en eso] o tener[lo] como resultado.

    • “Todo viene a parar en eso, en el consumo. Aunque resulte inobjetable lo de que todos venimos aquí, sin previa consulta, precisamente para consumir.” (La Voz de Galicia 8. 11. 70, 1)
  • Venir de lejos [algo no material]. V. Ser antiguo o datar de tiempo atrás.
  • “El descontento de la “clase de tropa” viene de lejos.” (Informaciones 12. 9. 74, 5)
  • Venir diciendo (o gerundio de otro verbo equivalente). V. Decir o proponer [algo rechazable o inadmisible].
  • “- Ese es el motivo. - ¿De qué? – y Miguel le miró fijamente-. ¿No me vendrás diciendo ahora que…?” (Lera, 1969: 165)
  • Venir mal dadas. V. (col) Presentarse desfavorable la situación.
  • “No quiero manchar su recuerdo si un día me vienen mal dadas.” (Abc 13. 4. 69, 32)
  • Venirse abajo 1 [alguien o algo]. V. Caer o caerse al suelo.
    • “Resulta curioso ver anunciados grandes pisos en las fachadas de estas casitas que se vienen debajo de viejas.” (Ya 22. 11. 74, 49)
    • “- ¿Y tienes bien calibrados los efectos [de la ponzoña]? Mira, Floro, mira, es la propia doña Chencha la que parece que se revuelve. - ¿Dónde está? – Allí, en la columna, junto a Purificación Bermejo y Matilde la de Valladares. Yo creo que se les viene abajo.” (Díez, 1994: 274)

Venirse abajo 2 [alguien o algo] V. Hundirse o desmoronarse. En sentido no físico.

      • “Les dice que…ellas lo han visto por la cristalera de la UCI y que mamá se ha venido abajo a verlo.” (Salvador, 2002: 311)
      • “Todo se me vino abajo con ese estrepitoso silencio de las verdades catástrofes.” (Olmo, 1968: 151)

Venirse abajo 3 [el toro] V. (Taur.) Perder ímpetu o acometividad.

      • “El toro es el que – falto de fuerzas – se viene abajo.” (Rue 22. 12. 70, 13)
  • Venirse arriba 1 [el toro] V. (Taur.) Crecerse, o tomar más acometividad.
    • “[El matador] acaba desarmado; es decir, pierde su compostura y su muleta ante el enemigo que se viene arriba.” (El Ruedo 22. 12. 70, 15)

Venirse arriba 2 [una persona]. V. Crecerse, o tomar más ímpetu o ánimo.

  • “Son circunstancias del juego; un descuido y el equipo contrario se viene arriba.” [El Mundo del Siglo XXI 4. 12. 01 (In)]
  • “A partir de ahí el Talavera CF trató de reaccionar y venirse arriba para remontar.” [El Día de Toledo 19. 8. 01 (In)]
  • Venirse encima [un período de tiempo]. V. Llegar de manera que resulta súbita o demasiado rápida. Frecuentemente con un complemento de interés.
  • “Como se nos venían encima las Navidades había decidido irse a París con sus hijos.” (Zarraluki, 1995: 138)
  • Venírsele encima 1 [una persona o cosa material a alguien]. V. Precipitarse [sobre él].
  • “Un moderno Sampson ha intentado derrocar…unas columnas de la paz como pudo hacerlo Hércules. La fábrica sostenida por las columnas está a punto de venírsele encima.”  (Informaciones 25. 7. 74, 12)
  • “Más de una vez estuvo [el abuelo] a punto de llevarse por delante a alguno de vosotros; se te venía encima como un saltamontes gigantesco.” (Antolín, 1992: 36)

Venírsele encima 2 [una cosa no material a alguien]. V. Amenazar[le] o presentárse[le] como inminente.

  • “Ni te figuras lo que se nos viene encima.” (Longares, 2001: 31)

Venírsele encima 3 [alguien o algo]. V. Hacer que se encuentre abrumado.

  • “Los Estados Unidos se me venían encima, yo no podía defenderme allí.” (Mundo Hispánico 11. 63, 33)

LLEGAR

  • Hasta ahí llego (o ya llego). Fórm. or. (col.) Se usa para comentar que algo es tan obvio o tan elemental que huelga la explicación o la advertencia que precede.
  • “- Sal con él. Si te gusta, sigues, si no te gusta, lo dejas. – Ya, eso ya lo sé, hasta allí llego.” (Grandes, 2002: 279)
  • “- Primero me tiendes una trampa, lías a alguien para que me haga unas fotos… ¿Quién era, por cierto? – Un fotógrafo. – Sí, hasta allí llego, ¿eh? – Quiero decir que no era nadie en particular.” (Diosdado, 1993: 89)
  • “- El Che Guevara sí sabrás quién era… - El Che Guevara, sí, mujer, hasta ahí llego.” (Martín Gaite, 1992: 176)
  • Hasta ahí podíamos llegar. Fórm. or. (col.) Se usa para expresar enfáticamente la intención de no tolerar un posible abuso. También hasta ahí podríamos llegar, o hasta ahí podían (o podrían) llegar las cosas. A veces, en lugar de ahí aparece aquí.
  • “Yo, en mis empresas, doy órdenes nada más. Si alguno me dice que no le gusta, para qué le voy a contar a usted lo que dura en su puesto; hasta allí podíamos llegar.” (Palomino, 1976: 216)
  • “Ojito: señoras dignísimas, ¿eh?, no vaya usted a mal interpretarlo, hasta ahí podríamos llegar.” (Zamora Vicente, 1972: 116)
  • “Con Nines haré lo que pueda y me dé la gana. ¿Está claro? Hasta aquí podíamos llegar, que venga un tonto del culo a darme órdenes en mi casa.” (Alonso de Santos, 1990: 52)
  • “No hay que pensar que…se atreviera don Torcuato a dejar testimonio contra la honestidad de su madre. ¡Hasta ahí podrían llegar las cosas!” (Torrente Ballester, 1973: 169)
  • Hasta aquí hemos llegado. 1 Fórm. or. (col.) Se usa para expresar la intención de no seguir tolerando algo.
  • “Basta, Rita, hasta aquí hemos llegado.” (Antolín, 1992: 122)

Hasta aquí hemos llegado. 2 Fórm. or. (col.) Se usa para indicar el final definitivo de algo.

  • “Nos miramos unos a otros para decirnos hasta aquí hemos llegado, compadres, vete a explicarles nada a estos. Se acabó lo que se daba.” (Pérez-Reverte, 1999: 120)

 


Conclusión

El objetivo de este trabajo fue presentar todos los aspectos posibles del uso de los verbos de movimiento ir, venir y llegar, con el fin de saber usarlos correctamente. Se prestó especial atención a la problemática del uso en su significado esencial de movimiento.
En el primer capítulo advertimos del uso incorrecto del verbo venir causado  por la influencia del catalán y el italiano.
El segundo capítulo comparó el funcionamiento de dichos verbos de movimiento en checo y en español. Al principio explicamos las diferencias entre los semas de los verbos checos y españoles, y a continuación definimos las reglas de su uso. De las veinte situaciones que presentamos, se deduce que no es posible establecer una equivalencia de significado entre los verbos checos y españoles, sino que nos tenemos que apoyar en la noción extratextual del hablante y su posición.
En el tercer capítulo enfocamos dicha problemática en los materiales didácticos y diccionarios checos. Podemos observar que los errores que cometen los hablantes checos se basan precisamente en la interferencia que se establece entre los verbos checos y los verbos españoles. Aparte del manual Španělština v testech s gramatickým minimem, todos los materiales estudiados carecen de explicación correcta y más profunda.
En el cuarto capítulo intentamos averiguar si el significado de los tres verbos ha variado durante la evolución del latín hasta la actualidad. A la vez, llegamos a conocer brevemente la evolución de estos verbos en otras lenguas romanas, y de esta manera, la diferencia de esta evolución entre ellas.
Una interesante observación es el hecho de que en el latín, los verbos ir y venir se usaban en base a distintas reglas de las actuales. Venir (venire) expresaba el ‘aspecto determinado’, cuyo significado se refería al movimiento a un lugar definido, mientras que ir (ire) expresaba el ‘aspecto indeterminado’ que no designaba el movimiento a un lugar definido, sino que más bien se refería a otras circunstancias del movimiento (manera, objetivo, etc.).
Otra importante observación a destacar es el hecho de que durante su evolución, dichos verbos se desarrollaron de una forma muy parecida en las lenguas romanas. El único idioma que se apartó de las normas comunes en la época moderna fue el español, y éste influyó sobre el portugués, que ha asimilado las mismas reglas.
Algunos conocimientos del cuarto capítulo han servido de base para estructurar el capítulo quinto. Éste estudia la problemática de los verbos de movimiento en otros idiomas europeos. Resumiendo, podemos incluir en un grupo el español con el portugués, idiomas que usan el verbo venir sólo para el movimiento hacia la persona que habla. En otro grupo incluimos el catalán, el francés y el italiano, pero también el inglés y el alemán, que permiten el uso del verbo venir para el movimiento hacia la persona que habla y también para el movimiento hacia la persona a la que se habla.
Las comparaciones del uso en varios ejemplos individuales nos señalan que, aunque las reglas generales pueden ser las mismas, entre los idiomas hay ciertas pequeñas diferencias, y por lo tanto habría que hacer unos estudios comparativos más detallados para cada lengua, parecidos al que hicimos en el segundo capítulo.


Bibliografía

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  • Diccionario esencial : castellano-catalán : català-castellà. Barcelona : Vox, 1997.
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  • Swan, Michael: Practical English Usage. Oxford University Press, 2005.
  • Priberam Informática, S. A.; www.priberam.pt

 


Ejemplos citados en el capítulo 7


  • Aldecoa, Ignacio: Gran Sol. (1957) 1969
  • Alfonso, Carlos: La España cotidiana. 1970
  • Alonso de Santos, José Luis: Bajarse al moro. 1985
  • Alonso de Santos, José Luis: La estanquera de Vallecas. (1981) 1990
  • Alonso de Santos, José Luis: Pares y Nines. (1988) 1990
  • Alonso Millán, Juan José: Estado civil: Marta. (1969). En Teatro 1964.
  • Andrés, Amado Juan de: Mecenazgo y patrocinio. Las claves del marketing del siglo XXI. 1993
  • Antolín, Enriqueta: La gata con alas. 1992
  • Antolín, Enriqueta: Mujer de aire. 1997
  • Arce, Manuel: Testamento en la montaña. 1956
  • Berenguer, Luis: El mundo de Juan Lobón. 1967
  • Berlanga, Andrés: La Gaznápira. 1984
  • Buero Vallejo, Antonio: Hoy es fiesta. (1956). En Teatro 1956.
  • Bustinza Lachiondo, Florencio; Mascaró Carrillo, Fernando: Ciencias naturales. 1959
  • Caballero Bonald, José Manuel: Ágata ojo de gato. 1974
  • Caballero Bonald, José Manuel: Dos días de setiembre. (1962) 1967
  • Cacho, Jesús: Asalto al poder. 1988
  • Carnicer, Ramón: Gracias y desgracias de Castilla la Vieja. 1976
  • Caro Baroja, Julio: El Señor Inquisidor y otras obras por oficio. 1968
  • Castillo-Puche, José Luis: Paralelo 40. (1963) 1964
  • Cela, Camilo José: Judíos, moros y cristianos. Notas de un vagabundaje por Ávila, Segovia y sus Tierras. (1956) 1957
  • Cela, Camilo José: Nuevo viaje a la Alcarria. (1986) 1994.
  • Cela, Camilo José: Primer viaje andaluz. Notas de un vagabundaje por Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y sus tierras. (1959) 1971
  • Cela, Camilo José: Viaje al Pirineo de Lérida. Notas de un paseo a pie por la Pallars Sobirà, el Valle de Arán y el condado de Ribagorza. 1965
  • Cuevas, José y Jesús de las: Historia de una finca. 1958
  • Delibes, Miguel: 337A, madera de héroe. 1987
  • Delibes, Miguel: Cinco horas con Mario. 1966
  • Delibes, Miguel: Diario de un cazador. (1955) 1977
  • Delibes, Miguel: El príncipe destronado. 1973
  • Delibes, Miguel: Las guerras de nuestros antepasados. 1975
  • Delibes, Miguel: Las ratas. 1962
  • Delibes, Miguel: Un año de mi vida. 1972
  • Díaz-Cañabate, Antonio: Andanzas callejeras. 1977
  • Díaz-Cañabate, Antonio: Paseíllo por el planeta de los toros. 1970
  • Díez, Luis Mateo: El expediente del náufrago. 1992
  • Díez, Luis Mateo: La fuente de la edad. (1986) 1994
  • Diosdado, Ana: Trescientos veintiuno, trescientos veintidós. (1991) 1993
  • Elvira, Lindo: Algo más inesperado que la muerte. 2002
  • Enríquez Soriano, Ángeles: Estrés. Como aprender en la encrucijada. 1997
  • Escobar, Julio: Itinerarios por las cocinas y las bodegas de Castilla. 7ª edición 1975
  • Etxebaría, Lucía: De todo lo visible y lo invisible. 2001
  • Feres, Antonio; López Salinas, Armando: Caminando por las Hurdes. (1960) 1974
  • Fernández Santos, Jesús: Las catedrales. 1970
  • Fernán-Gómez, Fernando: La coartada. En la coartada; Los domingos, bacanal. 1985
  • Ferrer-Vidal, Jorge: Viaje por la Sierra de Ayllón. 1970
  • Ferres, Antonio: Tierra de olivos. 1961
  • Fraile, Medardo: Cuentos de verdad. 1964
  • García Hortelano, Juan: Nuevas amistades. (1961) 1973
  • García Pavón, Francisco: Las hermanas coloradas. Plinio en Madrid. 1970
  • García Sánchez, Javier: Alpe d'Huez. (1994) 1995
  • Gironella, José María: Un millón de muertos. (1961) 1971
  • Goytisolo, Luis: Recuento. (1973) 1976
  • Grande, Félix: La balada del abuelo Palancas. 2003
  • Grandes, Almudena: Los aires difíciles. 2002
  • Grosso, Alfonso: La zanja. (1961) 1984
  • Laforet, Carmen: La mujer nueva. 1955
  • Lagos, Concha: La vida y otros sueños. 1969
  • Laiglesia, Álvaro de: Tachado por la censura. (1962) 1967
  • Landero, Luis: El guitarrista. 2002
  • Landero, Luis: Juegos de la edad tardía. (1989) 1990
  • Lázaro, Juan Antonio: Juan Zorra y otros cuentos. 1986
  • Lera, Ángel María de: Bochorno. (1960) 1969
  • Lera, Ángel María: Los clarines del medio. (1958) En Novelas 1966
  • Lindo, Elvira: Algo más inesperado que la muerte. 2002
  • Longares, Manuel: Romanticismo. 2001
  • Mañas, José Ángel: Historias del Kronen. 1994
  • Marsé, Juan: El embrujo de Shanghai. 1993
  • Martín Gaite, Carmen: Entre visillos. (1958) 1967
  • Martín Gaite, Carmen: Nubosidad variable. 1992
  • Martín Vigil, José Luis: Los curas comunistas. 1968
  • Martínez Cachero: Andrés González-Blanco: una vida para la literatura. 1963
  • Matute, Ana María: Los mercaderes. La primera memoria. 1960
  • Medio, Dolores: Andrés. 1967
  • Medio, Dolores: Bibiana. (1963) 1967
  • Mendoza, Eduardo: La aventura del tocador de señoras. 2001
  • Mihura, Miguel: Maribel y la extraña familia. (1959) 1965
  • Montero, Rosa: El corazón del tártaro. 2001
  • Moral, José Antonio del: Cómo ver una corrida de toros. (1994) 1996
  • Muñoz Molina, Antonio: Ardor guerrero. 1995
  • Nácher, Enrique: Guanche. 1957
  • Olmo, Lauro: Golfos de bien. 1968
  • Ortega, Rosa; Roig, Juan: País. Geografía de España. 2ª ed. 1969
  • Palomino, Ángel: Torremolinos Gran Hotel. (1971) 1976
  • Pérez-Reverte, Arturo: La sombra del águila. (1993) 1999
  • Salisachs, Mercedes: La gangrena. (1975) 1996
  • Salvador, Gregorio: El eje del compás. 2002
  • Sánchez Dragó, Fernando: Camino del corazón. (1990) 2001
  • Sánchez Ferlosio, Rafael: El Jarama. 1965
  • Sastre, Alfonso: Guillermo Tell tiene los ojos tristes; Muerte en el barrio; Asalto nocturno. 1967
  • Sastre, Alfonso: La coronada. 1960
  • Savater, Fernando: Ética para Amador. (1991) 2003
  • Soriano, Mercedes: Contra vosotros. (1991) 1993
  • Suárez Solís, Sara: Juegos de verano. 1982
  • Torrente Ballester, Gonzalo: La saga / fuga de J. B. (1972) 1973
  • Torrente Ballester, Gonzalo: Los gozos y las sombras. II: Donde da la vuelta el aire. (1960) 1972
  • Torrente Ballester, Gonzalo: Los gozos y las sombras. III: La Pascua triste. (62) 1972
  • Vázquez Montalbán, Manuel: Asesinato en Prado del Rey y otras historias sórdidas. (1987) 1991
  • Zamora Vicente, Alonso: A traque barraque. 1972
  • Zamora Vicente, Alonso: Mesa, sobremesa. 1980
  • Zarraluki, Pedro: La historia del silencio. (1994) 1995

 

Perífrasis verbales, p. 19.

Diccionario fraseológico documentado del español actual: locuciones y modismos españoles. Madrid: Santillana, 2005.

Ibid., p. XV.

Ibid., p. XII, XIII.

Ibid., p. XIII.

Diccionario fraseológico documentado del español actual, p. XVI, XVII.

Ibid., p. XVIII.

Gramática descriptiva de la lengua española, p. 3342.

Interj. - locución interjectiva (o interjección)

col. – coloquial (Uso propio de la conversación informal o de una situación distendida.)

Fórm. or. - fórmula oracional

* - precede a un ejemplo registrado del uso oral

M. – locución nominal masculina (o masculino, o nombre masculino)

V. – locución verbal (o verbo)

lit. – literario. Uso propio, en general, de obras literarias, o de la lengua escrita, o de situaciones formales; en especial, de la expresión voluntariamente elegante o elevada (aunque sea de nivel popular).

vulg. – vulgar. Expresión malsonante o de mal gusto que no debe emitirse ante las personas de cierto respeto.

Taur. - tauromaquia

(In) – textos en Internet

Conj. - locución conjuntiva (o conjunción)

Adv. - locución adverbial (o adverbio)

pop. – popular, popularmente

Adj. - locución adjetiva (o adjetivo)

Fuente del documento: http://is.muni.cz/th/75075/ff_m_b1/Konecna_verze_2.doc

Sitio para visitar: http://is.muni.cz

Autor del texto: EMA POKORNÁ

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